Claudia Guerrero Martínez
"ENTRE LO
UTÓPICO Y LO VERDADERO"
Gilberto Nieto Aguilar
"LIBERTAD
Y EDUCACIÓN"
Martín Quitano Martínez
"ENTRE
COLUMNAS"
Evaristo Morales Huertas
"VERACRUZ
EN LA MIRA"
Luis Hernández Montalvo
"MAESTRO
Y ARTICULISTA"
César Musalem Jop
"DESDE
LAS GALIAS"
Ángeles Trigos
"AIDÓS
Q DíKE"
La mujer es lo más bello de la vida, cuidemos de ellas...
La inevitable celada de Trump
Noticia publicada a
las 04:28 am 16/06/25
Por: Rafael Cardona.
Las banderas mexicanas en los disturbios angelinos son una evidencia subversiva para los fanáticos trumpistas.
La invitación a la presidenta (con A) Claudia Sheinbaum, para asistir a la reunión canadiense del G-7, sin otra utilidad fuera de exponer multilateralmente puntos de vista nacionales, establecer contactos personales con otros jefes de Estado (hasta Donald Trump)
y penetrar en esferas vedadas al provincianismo tradicional de la IV-T, está a punto de convertirse en una pesadilla desastrosa, porque la Casa Blanca ha lesionado con sucias maniobras de ablandamiento la postura presidencial y de paso la del país.
Si al principio los señalamientos antimexicanos eran generalizaciones; ahora se personalizan en medio del caos por las redadas. Se hablaba de salvajes, violadores, delincuentes y demás. Hoy se culpa a la presidenta de la República de fomentar su insurrección.
Si poco se hablaba de la intolerable alianza del gobierno con los grupos criminales; si se les denominaba oficialmente terroristas, si se espiaba con impunidad y tolerancia, si se ordenaba movilizar a las tropas mexicanas al taponamiento fronterizo y todo eso cuya historia conocemos, ahora la acusación llega abiertamente a la persona presidencial.
Las banderas mexicanas en los disturbios angelinos son una evidencia subversiva para los fanáticos trumpistas, mientras para México son una provocación montada. Esto es ambiguo. Quizá sean ambas cosas. Con esa imagen, la consejera de Morena Melissa Cornejo manda un tuit muy rimado (ejo, ejo) y les pide a los gringos el alojamiento proctológico de las visas.
El exembajador Landau, ahora subsecretario de Estado (desnivelada jerarquía para hablar con una jefa de Estado en el Palacio Nacional), también se da tiempo para responderle a la discípula de Fernández Noroña. Grosera e imprudente.
“Los que glorifican la violencia y el desafío a las legítimas autoridades y el orden público (fuck ice) de ninguna manera son bienvenidos a nuestro país”. Si lo hizo antes o después de hablar con CS, no lo sé. Pero lo hizo.
La personalización de los conflictos proviene de ambos lados.
Kristi Noem, una erinia en el departamento americano de Seguridad Interior ha ido a todos los extremos posibles. Trump la empuja a condenar desde el despacho Oval la responsabilidad directa de CSP en los disturbios de Los Ángeles.
México le reclama a la delegación encabezada por el subsecretario, algo fuera de su capacidad e interés. La doctora Sheinbaum demanda el reconocimiento al trabajo honesto, noble, significativo, económicamente importante de la comunidad mexicana y exhibe su rechazo a las redadas.
Ellos piensan —y hacen— todo lo contrario. El desacuerdo es incurable. Dos mundos distintos.
¿Tiene México algo más allá de clamores justicieros?
No. No tiene nada y con esos colaboradores, menos, mucho menos. Claudia Sheinbaum camina frágil a una emboscada peligrosa.
@CARDONARAFAEL