Noticia publicada a las 01:54 am 30/05/25

Por: Rogelio Martínez Huerta.

El capitalismo en todas sus formas, máscaras y estilos, está llevando a la humanidad al despeñadero. Tal vez usted diga con humor: se salva el socialismo de China, Rusia y algunos otros países que tienen una socialdemocracia elegante y austera. Pero no es así…
Cada fase capitalista va cumpliendo sus términos a fin de ir disfrazando la explotación,

la depredación de sus recursos, el control de sus políticos y la simulación de cada Estado en lo referente a su política a seguir, para controlar, engañar y mantener en la pobreza a cada pueblo.
En nuestro caso, la última fase que correspondió a López Obrador, fue el engaño y la caridad cristiana que practicó, sirviendo al capitalismo internacional con una estrategia con la que controló y condujo a los pobres de México. Mismos que, engatusados, le viven agradecidos y sobre todo controlados de tal forma, que esperan su regreso, como un mesías nuevo que viene a darle justicia al pueblo en un juicio final cuatrotero.
Obviamente no será así, pero como una herencia para su dinastía bíblica, puso como emperadora a su colaboradora cercana Claudia Sheinbaum, que, con un pasado judío, garantiza la profecía de traer a los mexicanos el maná de la 4T, con el que preservarán la vida y serán muy felices, hasta que alcancen la tierra prometida que será pertenecer como estado libre asociado a los EE UU, cuyo Moisés predestinado es Donald Trump.
Si usted lector tiene la rara ocurrencia de abrir los periódicos, buscarlos en las redes o leer alguna revista de las que salen en la ciudad de México. Se dará cuenta de que “algo se pudre en Dinamarca”. Extrañamente, las formas, estilos y tendencias de hacer política han cambiado. Esa transformación no es circunstancial, es más bien una táctica de control con el que van a seguir explotando a los pueblos y sojuzgando a sus gobiernos pseudodemocráticos.
Esto porque, muchos dicen que Morena ya está imitando al PRI cuando estuvo en el PODER, quien recurrió a las designaciones para sus candidatos, traficó con los empresarios el acarreo, el fraude electoral, metió votos “chuecos”, en tamal, usó el “ratón loco”, el robo de urnas, la ruta crítica, la amenaza y al final, siempre ganó para desgracia de quienes soñaban con una “democracia” infantil, por decir algo.
Llegamos al extremo de ser ejemplo mundial. Porque fuimos un pueblo que cínicamente sabía quién sería el triunfador en sus elecciones presidenciales y no se molestaba en lo más mínimo. Eso nos señaló como un pueblo feliz, mientras el gobierno ¡alegremente! Nos gobernaba en la total paz de las urnas que se rellenaban casi siempre, mientras lo ingenieros alquímicos ganaban millones de pesos y coparticipaban en la repartición del poder con diputaciones, presidencias municipales y puestos públicos para llevar la vida de forma elemental.
Lo grave es que la realidad es otra. Allá muy lejos, en las Sierras, Los Valles, los desiertos, los esteros, los pueblos y comarcas olvidadas que no alcanzan a salir en las notas diarias, porque no llegan los “periodistas”, pero aparecen en las grandes estadísticas del gobierno… Allá mismo, la pobreza ya es miseria, la falta de insumos es muerte, la carencia de medicinas nos asemeja a Palestina y la franja de Gaza. Mientras pasan los días, en Palacio Nacional el Netanyahu Mexica, esconde sus planes en tanto llega su momento patriarcal. Solo nos falta esperar con paciencia de Job y lo demás será lo de menos. Así es…

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