Noticia publicada a las 02:11 am 17/05/25

Por: Rogelio Martínez Huerta.

Desde hace más de seis meses, la presidenta de México, ha utilizado como pretexto para justificar su ineficacia como gobernante, la palabra “soberanía”, término que se interpreta como: “Poder político supremo que corresponde a un Estado independiente”.
La tesis conmueve a quienes conocen la realidad de la historia,

pasada y presente de nuestro país. Porque la palabra soberanía, es un subterfugio legaloide, que en nada ha funcionado para con la cercanía del imperio más criminal y arbitrario de la historia del mundo. Mismo que nos quitó independencia y nos ató a sus intereses mineros, petroleros, comerciales, arancelarios y prestamos de enorme cuantía.
Solo basta levantar la mirada y ver la enorme extensión de Patria que en un ardid político suscitado por los grandes conflictos que, entre criollos, la corona española y la ambición de los gobernantes de EE UU, se presentó, para saber que perdimos la mitad de nuestro territorio y en ello, también estuvo inmersa la Clerecía católica que era propietaria del 72 por ciento de la tierra fértil de nuestro suelo, que enriquecía anualmente al Alto clero a sus dignatarios y oficiales del Vaticano.
La desgracia más grande de México ha sido la acción de sus gobernantes, quienes desde Agustín de Iturbide que fue fusilado por traidor, Antonio López de Santana y sus seguidores, la Clerecía, por ambiciosos y ruines, Porfirio Díaz Mori por dictador, caudillos posteriores a la revolución y presidentes de la república, incluido López Obrador, hicieron entrega de los grandes intereses de México, sin pasar por alto que, por 300 años a la realeza española y la mitad del territorio, pasó a manos de los terratenientes, políticos y ambiciosos comerciantes extranjeros que nos robaron nuestro suelo patrio.
Hoy, a cada instante la C. Claudia Sheinbaum habla de nuestra soberanía, que ha sido aniquilada con la deuda externa que ya resulta impagable y de no ser por 139 millones de mexicanos, ya hubieran intervenido en nuestro país los dueños del poder con el ejército imperial gringo que ha invadido decenas de países en toda América Latina.
Lo bueno está en que, si bien se pagaría la deuda que nos parece eterna, resulta impolíticamente efectiva porque ¿Dónde meterían a todos los mexicanos que se reproducen como conejos y es el riesgo al que los acreedores temen?
Esta es la verdad, pero Claudia y su manejador ya andan temerosos de que el enloquecido Donald Trump, someta a encarcelamiento a los narco-gobernadores, politicastros traidores y ladrones contumaces, sin faltar a los que sueñan con el poder en el 2027 que suspiran por llegar a Palacio Nacional en el 2030. Los apellidos usted los conoce, venden chocolate “Roció” y tienen socios en todos los grandes negocios del poder supremo en México.
Empero, soberanos no somos los mexicanos y menos quienes dependen de la voluntad y dictadura política del hombre de Macuspana, escondido por aquello de los resabios con el poder oscuro que gobierna 22 estados de la república. Así es…

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