El mandato, la exigencia de respeto y los acuerdos, no serán opcionales.
Desde Palacio Nacional buscan que el partido guinda pase de ser un movimiento político y social a un partido nacional hecho y derecho, con reglas claras, estructuras y jerarquías.
Este proceso, sin duda, será una prueba de fuego para Luisa María Alcalde. Un desafío de altos vuelos, porque su liderazgo se puso en entredicho desde que tomó las riendas del morenismo.
Pero eso no ha sido fortuito. Mucho se debe a que los decanos del oportunismo político, como Ricardo Monreal y Adán Augusto López, entre otros, han maniobrado en contra de la Presidenta y su proyecto de gobierno.
Nadie les ha puesto un alto. Por eso, Alcalde tiene la encomienda de apaciguar los ánimos de esos señores feudales del Congreso, así como de sus pupilas o pupilos, y también de las y los gobernadores que hacen todo tipo de maniobras para controlar las sucesiones en sus estados o amarrar otra posición en 2027.
Quieren adelantar tiempos de cara a los comicios en 16 estados que elegirán nuevos gobernadores: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.
El caso más escandaloso ha sido el de la senadora Andrea Chávez y su promotor, el jefe de Morena en el Senado, Adán Augusto López, quienes, por intentar ganar tiempo en la contienda de Chihuahua, habrían incurrido en una serie de irregularidades, como recibir apoyos de particulares para la promoción personal de la legisladora.
Esto, sin embargo, es la punta del iceberg de la mala reputación que tiene el legislador tabasqueño en Palacio. No es bien visto.
Hay molestia en los pasillos del poder por su actuación en temas cruciales, como la ratificación de Rosario Piedra al frente de la CNDH, o por los acuerdos con gobernadores y “aliados” para bloquear la ley contra el nepotismo.
Pronto lo llamarán a cuentas. Mientras tanto, Morena enfocará sus baterías en sacar la Elección Judicial y los comicios para renovar alcaldías en Durango y Veracruz, el próximo 1 de junio.
En el primer caso jugará un papel fundamental toda la estructura de Morena para apoyar a las y los candidatos a un cargo judicial afines al partido. De eso dependerá que tomen o no el control del Poder Judicial.
Por otro lado, en Veracruz, Rocío Nahle tendrá que entregar buenos resultados a pesar de los Yunes, encabezados por el ex panista Miguel Ángel Yunes, quien fue llevado a Morena por Adán Augusto, convirtiéndose en uno de los personajes más incómodos para la mandataria.
En Durango, Morena tiene altas expectativas, sobre todo en la capital, porque su candidato, José Ramón Enríquez, encabeza las preferencias y está a punto de arrebatar la hegemonía del PRI, cuyo líder moral es el gobernador Esteban Villegas.
El resultado de estos procesos lo conoceremos en junio próximo. Y, mientras eso ocurre, Luisa María, impulsada desde Palacio, tiene la encomienda de meter en cintura, de una vez por todas, a los veteranos del poder que quieren seguir haciendo de las suyas en la Cámara de Diputados y el Senado.
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EN SU VISITA MÁS RECIENTE A LA CDMX, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, pidió a su partido consideré la incorporación de Alejandro Murat a Morena. Sugirió que sigan el ejemplo de Veracruz con los Yunes.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Cuando los dinosaurios del PRI se extinguieron, algunos se refugiaron en Morena… y ahora quieren enseñar a rugir a los nuevos”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
Fuente: HERALDO DE MEXICO.
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