Noticia publicada a las 02:25 am 25/01/25

Por: Adrián Ruíz.

Cabezas en vilo. El plazo de cien días -24 de marzo- de gobierno de Alejandro Armenta, traerá buenas y malas para algunos funcionarios de su administración. Las malas es que rodarán cabezas de quienes no dieron el “ancho”.
También caerán las que permanecieron obligadamente para sacar los “pendientes”. Maquillar los cochineros.

Las buenas: se abrirán espacios de empleo de altura -aunque la mayoría ya están reservados para gente cercana a Alejandro Armenta-.
Entre otras buenas: que junto con las principales cabezas, desfilará por la guillotina su gente. Lo que dejará espacios abiertos a nuevas contrataciones. Los que iniciaron en la banca entrarán al gobierno con la posibilidad de permanecer lo que restará de los seis años.
Lo mismo se encuentran entre el patíbulo y la gloria. Los funcionarios nombrados por compromiso, que divagan sin conocer el funcionamiento de los lugares que les asignó el gobernador Alejandro Armenta. Se aplican en los restantes 60 días del plazo o se van.
La alerta emitida del gobierno estatal de que en los cien días habrá cambios es real. La valoración de desempeño es desfavorable para muchos. Sus días como funcionarios están contados.
El gobernador Alejandro Armenta, previno la situación desde el primer día de algunas designaciones. Colocó en las subsecretarías y subdirecciones a elementos de su confianza. Listos para entrar al relevo en el momento de ser requeridos.
Las claras muestras son: la Secretaría de Desarrollo Rural, dónde permaneció como titular Laura Altamirano -desde el gobierno del muerto-. Pero como subsecretaria Patricia Ortiz, nombrada por el gobernador Alejandro Armenta. La subsecretaria es más cercana al mandatario de lo que imaginamos. Por algo le confió el antes y durante la campaña el acercamiento con su esposa Ceci Arellano.
Algo parecido sucede en la Secretaría del Bienestar con la designación de Javier Aquino -exsecretario de gobernación y conocido del gobernador-. Como subsecretario colocó a José Luis Figueroa, hijo del diputado local del mismo nombre.
Como si fuera insuficiente, otro candado se colocó en Bienestar: Edgar Chumacero –a pesar del dilema en el que colocó al gobernador- lo puso en la Coordinación General de Delegaciones y Participación.
En situación semejante se encuentran otras secretarías y dependencias como Finanzas dónde permaneció Josefina Morales Guerrero. El cargo es clave porque se maneja todo el dinero que entra y sale del gobierno poblano. Y el gobernador Alejandro Armenta, requiere de gente de toda su confianza porque es un lugar clave y la actual secretaria no lo es.
La lista es numerosa los primeros cien días del actual gobierno marcarán el destino de varios funcionarios públicos. Los únicos seguros son los “muy” íntimos del gobernador Alejandro Armenta. Los restantes caminan sobre la cuerda floja.
¡El tiempo se agota!

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