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Los Niños Héroes –I parte–
Noticia publicada a
las 02:18 am 14/09/24
Por: Otto Schober.
La historia registra que los norteamericanos nos invadieron por la vieja frontera norte a Nuevo México y California, al igual que a Mazatlán, Sinaloa; de Santa Fe, Nuevo México hacia El Paso, Chihuahua y Saltillo; de San Antonio, Texas, invadieron Guerrero, Monclova y Saltillo; por Corpus Christi, Texas, a Matamoros, Linares y Monterrey; a Cd. Victoria y Tampico,
a donde llegaron por mar, al igual que al puerto de Veracruz, donde el Gral. Scott llegó el 9 de marzo de 1947, tomó Cerro Gordo el 18 de abril, Puebla el 7 de agosto y la ciudad de México en septiembre.
Al Gral. Scott le interesaba tomar el Castillo de Chapultepec, una insignificante fortificación y mal defendida, porque su captura significaba ganar la ciudad de México. En esa batalla tomaron parte 8 mil de los 13 mil que conformaba el ejército de los norteamericanos y el Gral. Nicolás Bravo, disponía de 832 mexicanos, incluyendo el décimo de infantería, los batallones de Querétaro, Mina, Belem, de la Patria y los alumnos del Colegio Militar.
El combate se inició el 12 de septiembre y los mexicanos detuvieron al enemigo a pesar del intenso bombardeo y de las bajas. El día 13, el bombardeo se reanudó y se inició la invasión del castillo a donde no se enviaron refuerzos.
El enemigo con tres columnas ocupó el bosque y subieron sin encontrar resistencia, solo la que opuso el teniente coronel Santiago Xicoténcatl, un tlaxcalteca que fue sacrificado al frente de su glorioso Batallón de San Blas, rescató su bandera ocultándola en su casaca, siguió peleando hasta caer desangrado con 30 impactos de bala.
Los últimos en defender la posición fueron los cadetes del Colegio, que aturdidos, fatigados, desvelados y hambrientos se batieron a bayoneta. La madrugada del 14 de septiembre, se enarboló la bandera norteamericana finalizando la Batalla de Chapultepec. Según el notable historiador Enrique Plascencia de la Parra, indica que la tradición señala que unos cadetes del Colegio Militar fueron los últimos defensores del Castillo, se les atribuyen hechos portentosos como el atravesar a bayonetazos a los asaltantes; el proseguir la lucha aun estando heridos y la defensa heroica del pabellón nacional.
Cuentan, que uno de ellos, viendo que todo un regimiento estadounidense estaba por apoderarse de la bandera mexicana, se envolvió en ella y se tiró al precipicio, estrellándose contra las peñas del cerro.
Otra discrepancia con la tradición son los hechos de valentía atribuidos a los seis cadetes. Según los testimonios verídicos, están bien documentadas las participaciones de Agustín Melgar, Vicente Suárez y Francisco Montes de Oca.
Algo distinto ocurre con Juan de la Barrera, el mayor del grupo y egresado del colegio; con Juan Escutia, del que sólo conocemos la fe de bautismo, y con Francisco Márquez, personaje poco conocido. Lo curioso, es que de quien menos información se tiene es de Escutia, del que dicen, se arrojó envuelto en la bandera, hazaña que se atribuyó primero a Melgar y después a Montes de Oca. Situación desmentida en la actualidad por las últimas investigaciones de connotados historiadores. Mañana, la continuación de esta semblanza.
(¿Quién aventó a Juan Escutia? de Enrique Plascencia de la Parra)