Noticia publicada a las 03:58 am 17/06/24

Por: Rogelio Martínez Huerta.

Alguna vez, Cesar Musalen nos dijo que en “Política las cosas son como son y no como queremos que sean”. Quizás tenga razón, aunque en la politiquería practicada por AMLO, las cosas son contradictorias, atascadas de improvisados y sobre todo llenas de corrupción. Es hizo que muchos de los que lo seguimos nos apartamos solo para no incurrir en el asqueroso delito de complicidad.

En conocidos estados en donde ahora nuevos millonarios son diputados, senadores o van directamente al gabinete de la primera mujer que será presidenta en la historia y la histeria de México.
Obviamente que su indiscutible talento no se lleva bien con la politicastria, en donde dos más dos son veintidós y no se imagine el resto. A menos que seis años en la capital mexicana la hayan dotado de experiencias mil y le hayan prodigado experiencias aptas para el control de la corrupción y sobre todo la consabida práctica.
Mientras la simulación sigue, porque Andrés Manuel con una carga genética terrible del “judío errante” ya llevó a Claudia Sheimbao a Pasta de Conchos, siguieron por Saltillo y valdría la pena inquirir ¿Pero qué necesidad? Si no es para tanto.
Porque si revisamos la realidad de la administración cuatrotera, la situación de la pobreza< en México ha crecido, la falta de atención a la salud pública sentó sus reales en programas publicitados pero en la realidad son meras especulaciones.
Naturalmente, la gente que votó anda feliz, porque no ve el trasfondo de la realidad que México cruza como ave en el pantano. Porque para quienes conocemos el arte del fraude electorero del PRI, sabemos que ya se aplicó en Morena, utilizando exactamente los mismos subterfugios, las conocidas medidas y sobre todo el control del total de empleados federales, Estatales y municipales a nivel nacional.
Si regresamos a la tesis de Musalem, ya se fregó la borrega. Porque entonces las cosas fueron como las querían y nunca como debieron ser por razones de ETICA. Pero a quién le importa la moral si todos los que se metieron a la grillastra van por lo mismo: robar, saquear y cuando debe de ser el momento. Aunque por la ambición, la codicia y el emocionalismo, sea un ataque cardiaco el que acabe con la desfachatez, la ruindad y la politiquería como sucedió en Puebla en donde un cardiacazo acabó con el barbosismo de triste memoria y gran fabricador de millonarios. Que la ocurrencia de agradecerle las transas y los negocios chuecos nunca las hicieron.
Resumamos, Puebla no cambiará, son los mismos burdeles, solo cambiaron las putas y en Tehuacán, el rancho se ve sumiso, sucio, mal oliente, con la confianza perdida en los presidentillos que puso Barbosa y todo esto que vocifera el Dr. Barroso es meramente ruido para decir ¡Al lobo, al lobo! Y el lobo ya es él que en una noche de luna llena se cambió de disfraz. Así es…

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