Cada masón, según su cultura, según su idiosincrasia, asigna esencia y reviste de atributos al G(A(D(U(.
...A partir de este momento, ya comulgamos con un solo Dios.
Pues bien QQ ( HH(, cada uno de nosotros llega a estos Templos con su propia religión en la que, según su formación, asigna esencia y reviste de atributos a la propia versión de su Ser Supremo. Pero ocurre que la mayoría de las veces nuestra militancia, en nuestra propia religión, es poco participativa, algo cómoda y la mayoría de las veces muy tibia, diría yo.
Particularmente, me preocupa sobremanera, que lleguen informes de profanos en los que se dice se considera católico pero no dogmático; pues o se es católico y dogmático, o no se es católico. Pero ese es otro tema.
Retomando el camino de nuestra tibieza religiosa, que ese sí es parte de mi tema, resulta que finalmente cuando nos encontramos con la masonería, nos maravillamos de ver que no había sido tan de curas lo que nos pedía nuestra propia religión Pues la Masonería, nos elige, nos educa, nos organiza y nos disciplina” pero como tiene un especial modo de hacerlo, en una forma tan sutil y participativa, luego de recibir cierto grado de instrucción masónica, nos encontramos asignando cierta esencia y atributos comunes como masones, a nuestro propio SER SUPREMO, aunque cada uno lo haga por separado.
Y es a través del ejercicio de ciertas prácticas que nos señala la masonería, que logramos esto.
Una de las primeras prácticas, se nos expresa en aquella maravillosa ceremonia de Iniciación. La virtud cuya práctica más apreciamos los masones tratándose de nuestros semejantes, es la CARIDAD”...
Luego se nos ilustra que otra virtud que practican los masones... es la TOLERANCIA.
También nos dice que el más HUMILDE puede llegar hasta nuestros Templos, si ama la VERDAD y la JUSTICIA.
Se nos inculca no hacer a los otros lo que no gustaríamos que se nos haga. Si a esto añadimos la enseñanza de que debemos practicar todas las virtudes que enaltecen la condición humana, huir del vicio y practicar la VIRTUD” dice nuestro Catecismo, tenemos ante nosotros un conjunto de actitudes positivas, o virtudes, con las que sí comulgamos todos los masones.
Pero resulta que en nuestra propia religión también se nos señalaba lo mismo, o algo extremadamente parecido, y si hasta esos momentos fuimos TIBIOS al profesar nuestra fe, luego de un tiempo y gracias a la singular, sutil y eficiente metodología de enseñanza masónica, nos encontramos sintiendo la necesidad de reencontrarnos con nuestro Ser Supremo.
Y si analizamos las prácticas o actitudes anteriormente descritas, a las que nos induce la masonería: la caridad, la tolerancia, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, etc., no son más ni menos que las VIRTUDES que anteriormente, la mayoría de nosotros, no vio, ni supo asimilar desde su respectiva religión o credo.
Cada vez que nosotros los masones Iniciamos nuestros Trabajos, siempre lo hacemos A.L.G.D.G.A.D.U, y esto me permite esbozar algunos criterios, muy personales, de lo que en cierta medida podrían ser las Convergencias Religiosas Masónicas. No en vano nuestro catecismo de 1er. Grado, nos indica que la francmasonería es una religión en el sentido más amplio y elevado de la palabra (religión), porque tiene por objeto unir a los hombres entre sí (religare = unir) dice.
Pues la Masonería, nos elige, nos educa, nos organiza y nos disciplina... y todo ello siempre A(L(G(D(G(A(D(U(”
Pero será que alguna vez nos hemos detenido a meditar ¿Cómo se Glorifica a Dios?
Entre los propósitos de este mi análisis, está el de emitir un criterio al respecto, y ese es el siguiente:
Si nosotros humanos, la cúspide de la creación de Dios, lográramos que se vea en nuestros actos, el Esplendor y Magnificencia de su obra. Si pudiéramos ver dónde y cuándo se nos necesita, e inmediata y solícitamente ofreciéramos nuestra sincera ayuda. Si mostráramos en cada accionar, en cada relación que damos real esencia y revestimos de verdaderos atributos al G.A.D.U.: Entonces sí, estaríamos EXALTANDO a la MASONERÍA y ciertamente estaríamos dando GLORIA al G.A D.U.
Entonces, resumiendo, podemos decir que damos gloria o glorificamos al G(A(D(U(, cuando practicamos cada virtud en su momento; y esas virtudes las podemos diferenciar, desde mi punto de vista, en tres
grupos:
El primero es el grupo de virtudes PERSONALES, y son las que, al practicarlas, me relacionan conmigo mismo.
El segundo grupo son las virtudes RELACIONALES, y son las que, al practicarlas, me relacionan con los demás.
Y el tercer grupo entiendo que son las virtudes TEOLOGALES, y son las que, al practicarlas, me relacionan con mi Dios.
No deseo pecar determinando cual es de cada grupo; tan solo pondré a disposición de todos algunas definiciones de VIRTUD, (extraídas de enciclopedia), que nos permitirán a cada uno, hacer nuestra propia
clasificación:
Podemos entender por virtudes en general, a la disposición habitual del espíritu para actuar conforme a las leyes morales.
Son virtudes cardinales, la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, que son como el fundamento de todas las virtudes morales.
Son virtudes morales, aquellas cuyo objeto son las acciones morales del hombre.
Son virtudes teologales, la fe, la esperanza y la caridad, cuyo objeto directo es Dios.
Entonces podemos ver, por qué a la masonería no le importa cuál es nuestra religión, y tan solo le basta asegurarse de que creemos en Dios, pues ella se encarga de revivir en nosotros esa pereza espiritual, ella sabe que el origen y el fin de la existencia es uno solo.
@HijosdlViuda
Mi Madre Logia.
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