Noticia publicada a las 01:45 am 12/07/20

Por: Rogelio Martínez DE LA Huerta.

Mientras Lidia Cacho, condena la falta de discreción de Gertz Manero, en cuanto a la huida de Kamel Nacif, quien “voló” nuevamente por entre las dunas del desierto del Záhara, nosotros nos reímos de la francachela informativa del desgobernador que niega que “no haya” oxígeno, cuando fueron los médicos quien los comentaron a diversos medios, pacientes, familias y clientes.
Pero eso es normal, desinformado, alejado de la realidad multicolor,

falto de luz por la incomunicación en que lo tienen sus funcionarios “plenipotenciarios”, que ocupan su nombre en falso, diciendo que van en su representación, cuando ni cuenta se da a veces de que lo engañan. En fin…
Lo grave es que la tenebra de la “casa aguayón”, un día exhibe mentiras y otro día inventa otras. Como si fuera tal actitud una condenación para los poblanos, que no saben cómo salir del terrible conflicto laboral, económico, social, familiar, educativo, político, insalubre y más, en que los hundió esta designación de Miguel Barbosa que ni dará solución a los problemas de Puebla y mucho menos va a controlar la epidemia del Covid-19, porque no está en su interés personal, debido a que su falta de conciencia de clase y ausencia de conciencia política, define o tiene marcado ya el derrotero de sus políticas públicas, todas fracasadas lamentablemente para la 4T.
Pero ¿Qué tanto es tantito? Puebla resistió al PRI, al PAN y ellos cometiendo lindos “delitos por simpatía” se hicieron millonarios y este gobierno no será la excepción. Porque se imaginan que no los ven, lo terrible es que la cola de la corrupción sale a larga distancia y donde no los ven es en Palacio Nacional, que ignora el abandono de la epidemia en todo el Estado por parte de este gobierno perredista que no cumbre las necesidades de medicinas, médicos, atención y cada día se le multiplican los enfermos y los problemas.
¿Pero qué hacer? No hay gobierno, porque hay venganzas, persecuciones, dislates, puntadas, caprichos, jaladas pero estilo para conducir la nave del control de la política de Puebla no existe. Porque “se trabaja por instrumentos” y esos no hacen las cosas como deben de hacerse sino como lo quieren los esbirros para la satisfacción de sus intereses personeros.
Lo bueno es que en política los favores se cobran y las deudas se pagan, y el pago de los errores se dará en cuanto (como en todo) se acabe este desgobierno que, tendrá un final amargo, pues no solo se irá a la oscuridad, sino a la más completa y terrible soledad para quien no supo dirigir los destinos de un estado lleno de historia, de gloria y esplendor. ¡Claro que lo veremos!...

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