Noticia publicada a las 03:31 am 27/03/20

Por: Rogelio Martínez DE LA Huerta.

El Estado de Puebla tiene aproximadamente 6, 700,000 millones de habitantes, entre esos hay 40 presuntos infectados de corona virus, con esta cantidad comparada, la realidad se acerca a la total fantasía que solo puede hacer mella en los crédulos, los fanáticos del futbol, de la clerecía católica, evangélica o protestante. Porque frente a la realidad, 40 contaminados es una cantidad estrecha y ridícula como para hacer un pandemónium, digno de tomarse en cuenta.

La verdad salta a la vista, cuando Barbosa el gran desgobernador, soltó un chascarrillo que fue usado para lapidarlo desde todos los ángulos posibles en la redes, notas de periódicos locales y nacionales, la televisión Etc., no faltaron los comentaristas y la broma fue la siguiente: “El coronavirus solo le da a los ricos que son los que pueden viajar; a los pobres no nos hace nada porque “somos” inmunes…”
En la frase, la broma resbaló la sutileza de no hacerse pasar por rico y claro que lo es, la casa que está en la parte alta de la ciudad de Tehuacán del puro terreno tuvo un costo superior a los diez millones, la construcción excéntrica rebasó los cuarenta millones. Con esto demuestro que los “periodistas” o lo que sean no investigan lo suficiente y falta la casa que le compró a la familia de Miguel de la Madrid y otras veinte propiedades más, porque Barbosa fue un hombre fiel a Peña Nieto y camarilla que lo acompañaba en sus tropelías. Por eso tanto dinero…
El problema que enfrenta Miguel Barbosa es: “no ganó una elección para su diputación ni para la senaduría que tuvo, triunfó merced a los votos que AMLO les prodigó a los corruptos perredistas que llevaba colgados de las valencianas”, entre ellos a Barbosa que lo criticaba con iracundia y acritud indigna de un político de oficio.
Por eso, cuando se enfrentó a la coalición que lanzó a Martha Éricka Alonso, no pudo calcular que luchaba contra carretadas de billetes, hampones electorales profesionales y que Morena era un movimiento dividido a tal grado, que ahí mismo le pusieron obstáculos para que su triunfo no se lograra. Como sucedió…
A los pocos meses, dolido hasta el fondo, buscó con denuedo la candidatura gracias a la muerte de la gobernadora. Yeidckol Polevnsky lo volvió a lanzar, pero atrás de sus locuras, devaneos, y gansadas políticas, estaba la orden de AMLO que lo apoyó, para que el triunfo se diera, aprovechando que ya no había en contra: ni dinero, ni mapaches, ni funcionarios electorales ni equipo de arribistas que siguieran el olor de los billetes que antes prodigara el “Dr. Moreno Valle”.
Ahora hay un problema que no tomaron en cuenta hace nueve meses: Miguel Barbosa Huerta NO ES POLITICO, Miguel soñaba con ser CACIQUE y el caciquismo es la negación del progreso, del desarrollo y de la igualdad. Por eso acaparó todo el poder en el Estado poblano, y ahí radica el embrollo en que se ha metido, porque no sabe delegar, no sabe cómo se hace la política y en las sombras lo rechazan por soberbio, torpe y grosero hasta sus familiares, que nunca le dicen que se equivoca, menos que comete errores subsecuentes y no le dirán, que políticamente en Puebla ya está muerto, porque ha maltratado a la gente, a la prensa, a los grupos políticos, porque se imagina torpemente que ¡Ya es cacique! Cuando ni siquiera sabe cómo se hace uso del poder.
Ante esta situación, el “gran” gobernador que impusiera Andrés Manuel en un momento carente de análisis, viaja cuesta abajo en su rodada. Ni modo, suele acontecer y no lo salvarán sus “plumas “pagadas, porque nunca le dijeron la verdad: que Puebla lo aborrece…

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