Noticia publicada a las 02:10 am 22/01/20

Por: María Teresa Jardí.

No es extraño que los más impresentables acompañantes de AMLO, que se desempeñan como sus funcionarios, se quieran deshacer de Santiago Nieto porque a final de cuentas es el único que parece haber tomado en serio lo de que las escaleras de la corrupción se barren de arriba hacia abajo y va documentando los casos de fortunas inexplicables.

A México, que fue el país paladín de avanzada en la defensa de las garantías individuales, el primero en consagrar las garantías sociales en la Constitución de 1917, es vergonzoso que hoy, con el gobierno encabezado por el Presidente más votado de su historia, se le quiera convertir en el país donde se da al traste con la defensa jurídica que significa el AMPARO para los gobernados. Cancelar el AMPARO es un crimen imperdonable.
Alejandro Gertz Manero no debió ni siquiera ser contemplado para encabezar la PGR en un gobierno que ofertaba la honestidad como su divisa. No digamos ya haberlo impuesto como fiscal al frente de una institución que se soñaba que podía ser otra cosa.
Con AMLO queda claro que para los amigos gracia y olvido y para el resto venganza.
AMLO, como el Presidente más votado de México, se descara ya del todo como un fascista. Su conservadurismo va camino de acabar por convertirlo en peor que los otros, lo que ya es decir, porque vaya que fueron obscenos sus antecesores en el mismo cargo. Pero esos al menos tenían enfrentándolos a los que hoy desde MORENA avalan lo que jamás habrían apoyado viniendo del PRI o del PAN.
México, que tuvo la Constitución más avanzada del mundo, no merece acabar siendo el país que da al traste con el amparo que es el único recurso de los gobernados para enfrentar las violaciones más elementales, de las muchas, inaceptables, que desde hace décadas, los que han gobernado en México, como capataces de un rancho a sus esclavos, nos han impuesto a los mexicanos. No es prohibiendo hasta respirar como se logran los cambio ni tampoco se dan espiando.
Los responsables del fracaso de la 4a no somos los que votamos por AMLO. Ni somos los que cuestionamos los barbarismos que están cometiendo.
Los responsables son los impuestos por los intereses compartidos y los elegidos por AMLO como sus funcionarios, a pesar del bagaje que cargaban como personas impresentables, las que se habría, al menos en algunos casos, esperado que serían juzgados por la 4a en lugar de ser encubiertas sus obscenas reformas, con chascarrillos como el de la rifa del esperpéntico avión a través de la compra de boletos de la Lotería. Otra imposición –que si pega– será un nuevo Fobaproa u otro rescate carretero. El pueblo que pague los delitos imperdonables de los perdonados por AMLO.
Lo de la venta de boletos de la Lotería para rifar el avión es una vergüenza, incluso como chiste encubridor de la filtración de las canallas reformas penales.
El avión de la ignominia, que no quiere nadie por su obscenidad inconcebible, se debería de haber convertido ya en chatarra para que deje de generar más gastos e incluso en aras de que deje de hacer el ridículo el Presidente mexicano más votado de la historia cargando con ese avión productor de memes.
Y ni qué decir de Mauricio Vila Dosal, tan del gusto de AMLO y viceversa, reprimiendo a familias enteras para generar el miedo como el necesario aliado para seguir imponiendo la depredación y el despojo a nombre del Estado que, como concepto, no es responsable, siendo los gobernantes los responsables de cada una de sus cuestionables decisiones.

Fuente: Por Esto.

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