Noticia publicada a las 01:01 am 12/09/19

Por: Rogelio Martínez Huerta.

Meto la canasta numero 4 millones 175 mil doscientos veinte y se acercan dos mujeres a la cancha para decirme: “¿Ya vio como están tumbando los árboles? ¡Sí! (contesté) son órdenes del Padre, porque se va a construir una capilla más en el área… “Pero eso no es justo, dicen las feligresas”… Y es cierto, la poda de varios framboyanes y dos pinos, molestó a las mujeres que como es habitual guardaron silencio ante quien dio la instrucción.

Hago el señalamiento y el Padre Juan me dice no estar de acuerdo ¡Yo tampoco! Porque vengo de donde el respeto por la Naturaleza es cultura y en Tehuacán, tirar árboles es forma de distracción de los gobiernos para simular su corrupción y no para construir.
Juan me comenta su pasado como maestro, yo lo conozco bien y creo que es un hombre de buena intención, pero él sirve a una institución monárquica que está en la historia del mundo no de manera favorable para la dialéctica. Pero la charla con Juan es edificante, porque es el único Sacerdote que desde que llegó, se enfrentó a un lugar abandonado por los curas que antes pasaron, sobrevivieron y se fueron entre los vapores de las contradicciones históricas de San Pedro Acoquiaco, lugar de historia que no aparece debidamente en los Apuntes de Joaquín Paredes Colín y menos en el libro de Tehuacán de la Prehistoria a la Hispanidad de Bringas Nosti.
El Padre Juan es un constructor con trayectoria de buen ciudadano, que ayuda al pueblo, edifica para su Iglesia, se relaciona bien con la gente y sobre todo es hombre de Pro. Yo lo vi llegar una tarde a recibir las llaves de la Iglesia, que abrió frente a mi como reportero circunstancial y su feligresía que emocionada, esperó once meses a que se evaporaran las controversias por la fuga del Padre Raymundo, quien desaparecido por algún delito fue protegido por el Alto Clero. El Padre Juan indiscutiblemente es de otra estirpe, ya quisiera Tehuacán, tener varios cientos de Presbíteros así. Bien haya por el Padre Juan y su afán de ir siempre adelante, porque es un hombre de Historia. Empero ¡Sembremos más framboyanes! Padre Juan...
El viernes llega el Gran “gobernador” a la ciudad y ¡Bla, bla, bla!
Cargado de varios rollos de palabreros, mentiras, cuentos, distracciones, y decenas de promesas que son pura saliva y nada de efectividad, el viernes llega Barbosa a la ciudad. No llega a parlamentar con el pueblo, porque para su mente burguesa, el pinche pueblo es molesto y pedinche. Llega a parlamentar sus rollos estériles con “empresaurios” que antes estuvieron con Martha Éricka y con varios comerciantes para rollear y contar mentiras chuscas de la 4ª.T.
Si usted lector puede evitar ir a oír sandeces, no asista y no olvide que antes le decía lo mismo cada vez que llegaba Moreno Valle. Primero porque llegan rodeados de guaruras porque son, eran y serán bien miedosos. Segundo, porque es perder el tiempo en oír sus bufonadas rolleras al estilo del PRIANRD y Tercero, porque no hay dinero para ayudar a los pobres, sino para darle a los ricos, porque eso se está haciendo desde los tiempos del Sanedrín en que los dueños de los Libros Sagrados representaban falsamente al pueblo Hebreo y hablaban en su representación par a servirse del gobierno de Roma. Justo como ahora se van servir de los cuentos mareadores de AMLO y sus entrevistas mañaneras. No vaya lector, se lo aconsejo con conocimiento de causa. Conozco como masca la iguana…

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