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La otra cara del populismo para denunciar problemas
Noticia publicada a
las 12:36 am 17/06/19
Por: Álvaro Cepeda Neri.
I.- Ha sido certera la observación de Nicola Zingaretti (dirigente del Partido Democrático de Italia, cuando afirma que “los populistas han sido muy buenos denunciando los problemas de la gente”, en la entrevista realizada por el reportero Daniel Verdú (El País: 15/V/19). Como Jano (dios romano y “experto en el arte de ver delante y hacia atrás, es decir, de examinar las cuestiones en todos sus aspectos”,
en el Diccionario de Mitología Griega y Romana, de Pierre Grimal, editorial Paidós). Esto lo traigo a cuento porque es verdad que los populismos aciertan en el parto de los problemas de la población, como ha sido el caso mexicano donde el populismo lópezobradorista hizo que las cuestiones sociales (económicas y políticas e incluso culturales), salieran a la luz pública con más intensidad como para convertirse en demandas buscando soluciones por parte del presidencialismo, de los gobernantes de Morena y presionando a los que todavía permanecen en funciones de algún cargo del PRI y del PAN, para que atiendan esos reclamos.
II.- En ese aspecto no hay duda alguna de que es útil el actual populismo a la mexicana, para elaborar el largo listado de problemas que ha de atender el lópezobradorismo –en un 90 por ciento heredado del peñismo–, y cuanto antes con la punta de lanza del combate a la pavorosa corrupción que devasta a la Nación. Con la cara que mira hacia atrás, el populismo lópezobradorista está logrando ventilar los problemas del priísmo-panismo y que tienen a los mexicanos atrapados en un pasado y que han sido creadores de inmensa pobreza con la consecuente desigualdad. Los responsables siguen viviendo en la impunidad no obstante las imputaciones de la Fiscalía para ser llevados a los tribunales, a fin de que reciban las sanciones correspondientes a sus actos y omisiones como funcionarios. Ya enterados de los problemas, el populismo actual nos ha proporcionado más información y más nombres de quienes robaron recibiendo “comisiones” (o, como varios periodistas, yendo a que les entregaran su “chayo”).
III.- Por todo esto hay una rabia social incontenible que exige se proceda contra ellos a la luz de la legalidad; que los remita a resarcir daños y privarlos de su libertad conforme al derecho penal. Y de esta manera recibir lo que jurídicamente merecen por sus conductas abusivas a la sombra del Poder Ejecutivo, Judicial y Legislativo; el cual ejercieron para su provecho, causando daños a la sociedad. Bien por el populismo que se atrevió a exhibir esos abusos; pero ahora toca proceder conforme a las leyes si ha de prevalecer el Estado de Derecho y no solamente con señalamientos, pues esos se los lleva el viento de la impunidad. No basta con denunciar los problemas. Es indispensable sentar en el banquillo de los acusados a quienes se enriquecieron como funcionarios y que no han sido, aún, señalados por el “Yo Acuso” de la Fiscalía ante los tribunales competentes. Así, pues, una característica positiva del populismo es que saca a flote, para conocimiento popular, los problemas sociales, a fin de que los ciudadanos exijan las soluciones.