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SUMISIÓN ESTRATÉGICA Y PLANEADA
Noticia publicada a
las 12:41 am 12/06/19
Por: MANUEL DÍAZ.
@diaz_manuel
Una vez superada la crisis diplomática, las críticas y posicionamientos políticos no se han dejado esperar.
¿Cómo y cuándo se generó la crisis diplomática con Estados Unidos? ¿Es puro espectáculo, o realmente sí fue una amenaza creíble de parte de Trump hacia México?
Los acuerdos que no son lo que parecen.
Para poder entender el alcance de los acuerdos y qué tan eficaz resultó la negociación que encabezó el canciller Marcelo Ebrard,
hay que comprender el contexto en el que se desarrolló, de lo contrario, simplemente nos quedaremos en la parte mediática y electorera de ambos países.
En primer lugar, hay que ver en esta ocasión que las agendas en materia comercial y migratoria se metieron en el mismo costal y estas dos a su vez, se echaron al del proceso electoral estadounidense que inicia en los próximos días.
En segundo lugar, no se puede desestimar una crisis migratoria en el Continente Americano, sobre todo de Centroamérica, que en menos de un año pasó de tener un flujo promedio de 20 mil migrantes por mes a 100 mil.
En tercer lugar, los legisladores demócratas han estado presionando a Trump con condicionar la ratificación del T-MEC a una serie de cuestiones de política interna, entre ellas el tema laboral.
En cuarto lugar, está la guerra comercial entre Estados Unidos y China, al país asiático ya se le unió otra potencia, la de Rusia. Por decirlo de otra manera, estamos en periodo de formación de bloques económicos y geopolíticos frente a un posible nuevo orden internacional.
Por ello y de manera colateral, también se puede considerar en la crisis diplomática entre México y Estados Unidos, el tema del Brexit y la indefinición de la Gran Bretaña de salirse o quedarse en la Unión Europea, lo que ha derivado en una crisis política de los ingleses con la renuncia de Teresa May.
No son tecnicismos ¡es guerra!
Con base en todo este cóctel explosivo, las reglas de la OMC y del propio TLCAN, quedan hasta cierto punto en un segundo lugar, es decir, como una segunda opción para la resolución de conflictos comerciales.
Es evidente que el problema actual no se limita a los ámbitos comercial o migratorio, exclusivamente, sino que el tema es mucho más complejo y requiere de gran audacia para que México no quede en medio y sacrificado en su economía o seguridad nacional.
Esto no nació de un tuit
No podemos concretarnos a evaluar el comportamiento del gobierno de México solo desde el momento en que Trump lanzó su amenazante Twitter el pasado 30 de mayo.
Desde que inició la actual administración, Marcelo Ebrard puso en la mesa de la agenda bilateral dos temas de la más alta importancia: el plan migratorio y la ratificación del T-MEC.
En el pasado mes de mayo, Ebrard hizo una gran labor de cabildeo sobre el plan migratorio, en los primeros días se reunió con el vicepresidente de EU y luego viajó a Europa y Asia, donde logró, con éxito, el respaldo por parte de países como Japón y Turquía, así como países de la Unión Europea, como Alemania, Francia y España y otros más de América como Chile y Canadá.
Un segundo punto es que el 30 de mayo los tres países de Norteamérica mandaron a sus respectivos congresos el T-MEC para su ratificación. La pregunta que surge es por qué, el mismo día que Trump pidió a su Congreso ratificar el T-MEC, lanzó su Twitter incendiario que a todas luces era contrario al espíritu del T-MEC.
El gran circo de varias pistas
El espectáculo de las negociaciones, el que Ebrard estuviera más de una semana en Washington y que Trump mantuviera sus amenazas hasta los últimos momentos, tuvo beneficios para ambos países en el marco de una alianza política de los dos gobiernos.
¿Qué se ganó?
Como resultado de todas estas negociaciones, hay que destacar los resultados:
AMLO anunció que la semana que entra habrá un periodo extraordinario para ratificar el T-MEC. Canadá seguramente lo tendrá la próxima semana y Trump pidió a su Congreso retomarlo.
Quedó claro que todo el desgaste que tuvo México por el tema de los aranceles fue dirigido especialmente a los demócratas porque, si se negaban a la autorización del T-MEC, México sufriría las consecuencias, pero los afectados políticamente serían los propios demócratas.
Los bloques de la guerra comercial
Por otra parte, ya se puede afirmar en lo que se convertirá el T-MEC: En un bloque económico, junto con Alemania en Europa, para la guerra comercial contra China/Rusia.
Si no se entiende esto, seguirán hablando de sumisión y de entreguismo y no se verá la estrategia, quizá impuesta, pero necesaria.
Aún faltan muchas batallas, hay una larga contienda electoral en Estados Unidos que nos pondrá en vilo dependiendo de las preferencias de sus electores. El rumbo que tome la guerra comercial con China/Rusia, lo que suceda en Europa y particularmente en Gran Bretaña con el Brexit.
Así que aún no es tiempo de cantar victoria y sí de pensar estratégicamente cada movimiento y tanto el gobierno del presidente Andrés Manuel, como sus opositores dejen las grillas electoreras para otro tiempo, porque ahora, es momento de trabajar en equipo.