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El neoliberalismo
Noticia publicada a
las 04:22 am 24/11/17
Por: Gilberto Nieto Aguilar.
XALAPA, VER.- El neoliberalismo es la doctrina económica “satanizada” sobre la que se descarga la frustración por las políticas económicas y de prestaciones sociales que han seguido los gobiernos mexicanos desde la década de los noventa del siglo pasado a la fecha. Usted mismo puede juzgar desde algunas precisiones.
Quizá al finalizar la década de los setenta el capitalismo se suavizaba aceptando algunos componentes solidarios.
Hubo quienes dijeron que era el principio del fin. Sin embargo no fue así. Aparece el neoliberalismo como el conjunto de ideas políticas y económicas capitalistas que defiende la no participación del Estado en la economía, fomentando así la producción privada sin subsidio del gobierno.
El neoliberalismo busca la liberalización en materia económica, lo cual implica que los mercados sean totalmente abiertos, fomentando el libre comercio a partir de la desregulación. Otra característica es la privatización, bajo la premisa de que la administración privada es más eficiente y adecuada que la administración pública. De esta idea proviene el adelgazamiento del Estado y la reducción del gasto e inversión pública en materia de caminos, educación, salud.
Los principios básicos del neoliberalismo son la mínima participación del Estado en la economía del país. Poca intervención en el mercado laboral. Política de privatización de empresas estatales. Libre circulación de capitales internacionales y énfasis en la globalización. Economía de puertas abiertas a las multinacionales para que inviertan. Medidas contra el proteccionismo económico. Reducción de la burocracia.
Oposición al exceso de impuestos y gravámenes. Aumento de la producción y desarrollo económico del círculo inversor. El Estado no interviene en el control de los precios de los productos y servicios, pues quedan sujetos a la ley de la oferta y la demanda. La base económica debe estar formada por empresas privadas.
El problema de la desigualdad se agudiza. Según el Foro Económico Mundial, la profundización de la desigualdad económica es la principal tendencia global para América Latina. Oxfam reveló en 2014 que 85 personas alrededor del mundo poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial.
Thomas Piketty, profesor de la École d’ Economie de París, en su libro “El capital en el siglo XXI”, Fondo de Cultura Económica, México, 2014, refiere una idea sobre la distribución de la riqueza en términos de clase popular, media y alta. La “clase alta” es el 10% de los más ricos, de entre quienes el 1% es la clase dominante, poseedora del poder, propiedades y capital, éste último distribuido en forma más desigual que el trabajo. El 9% son la clase acomodada.
El 40% es la “clase media” que persigue la idea del éxito y que realiza los trabajos principalmente intelectuales para la clase acomodada y, sobre todo, la dominante. El 50% es la “clase popular”, los más pobres y algunos, francamente, indigentes. Desde luego, reconoce el autor que esta clasificación es arbitraria y discutible, con una proporción variable en cada país respecto a la correlación existente entre una y otra “clase”.