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SARCASMOS
Noticia publicada a
las 02:26 am 18/10/17
Por: Guillermo Fárber.
Suiza tiene la tasa más alta de ciudadanos armados; una de cada dos personas tiene un arma en su casa. Al mismo tiempo, Suiza tiene la tasa de criminalidad más baja del mundo.
RUBIROSA
Sobre el famoso playboy mencionado ayer respecto del populismo, leo esta sabrosa nota de Javier Valenzuela (que contradice la imagen de gañán sugerida ayer): ‘A los franceses les encanta la pimienta,
y en sus mesas nunca falta un artefacto cilíndrico para molerla y aliñar los platos con el polvo así obtenido. Hubo un tiempo en el que a esos pimenteros se les llamaba rubirosas en los restaurantes chics de París; cada vez que un comensal los utilizaba para sazonar un filete, pensaba, sonriente, en lo que pensaba: en el descomunal tamaño de la verga de Porfirio Rubirosa’ Icono o pimentero, Rubirosa también está siendo noticia en el lado europeo del Atlántico por la publicación en Reino Unido de la biografía The irresistible Mr. Wrong (The Robson Press), de Jeremy Scott. En una reseña de ese libro en The Sunday Times, Lynn Barber arranca rememorando el que fuera el mayor atributo del dominicano. ‘Era de la longitud de un palo de beisbol y del grueso de una lata de cerveza. Las mujeres gritaban al ver su tamaño’’ Su tercera y su cuarta esposas, las norteamericanas Doris Duke y Barbara Hutton, eran las mujeres más ricas del planeta de aquel entonces, y, entre las celebridades que compartieron su lecho, la leyenda cita a Marilyn Monroe, Ava Gardner, Rita Hayworth, Joan Crawford, Kim Novak, Judy Garland, Eva Perón, Tina Onassis y Zsa Zsa Gabor’ Rubi, como era conocido entre la jet-set internacional, tenía clase, además de verga. En entrevistas aquí y allá iba contando los secretos de su éxito como seductor. Lo primero, decía, es ser educado. Él siempre le abría la puerta a su pareja, le encendía el cigarrillo, le buscaba una bebida, le piropeaba, le hacía sentirse como una reina. Y siempre iba hecho un pincel. Cultivaba un cuerpo atlético, se hacía la manicura, suavizaba su epidermis con miel y usaba zapatos, camisas y trajes hechos a medida por los mejores sastres de Londres y París’ Una de las frases más famosas de Rubi dice así: ‘La mayoría de los hombres quieren ganar dinero, yo prefiero gastarlo’. Nunca dio palo al agua y a veces andaba mal de pasta, pero siempre era rumboso con las mujeres. Y sí, era un gran deportista: campeón internacional de polo y bueno en submarinismo, esquí y coches de carreras. Pero esto también formaba parte de sus técnicas de seducción: tenía claro que a ellas no les gustan los vientres flácidos. Por último, era excepcional en la cama. Flor Trujillo y Barbara Hutton, entre otras, no tuvieron el menor reparo en hablar del tamaño de su pene, de su capacidad de mantenerlo erecto una eternidad y del cuidado que tenía en que su pareja alcanzara el orgasmo. Era conocido como Toujours Prêt, siempre preparado, lo que hoy llamaríamos Mr. Viagra. Pero sus esposas y amantes relataron que, fiel al mito machista del latin lover, también podía ser muy celoso, muy infiel y muy violento’ En la madrugada del 5 de julio de 1965, tras haber pasado la noche celebrando una victoria de su equipo de polo, el gigoló caribeño estrelló su Ferrari contra un árbol del parisiense Bois de Boulogne. Tenía 56 años y no dejaba hijos: su virilidad era estéril’. (Rubirosa, un pene con pedigrí, https://elpais.com/elpais/2012/07/06/gente/1341585890_119317.html
PLEITO DE VERDULERAS
Conozco varias verduleras que son mis marchantitas en el mercado de la esquina, y todas ellas merecen mi respeto porque son mujeres trabajadoras, honestas y siempre bien humoradas. De modo que no comulgo con ese término de ‘verdulera’ como sinónimo de persona peleonera, soez, ordinaria. Pero lo que veo en el PAN hoy me trae a la mente ese derogatorio calificativo aprendido en mi infancia mahatleca. Lo que hoy escenifican en público los miembros de ese partido es un arquetípico ‘pleito de verduleras’.