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PREMIO A LA MENTIRA
Noticia publicada a
las 03:54 am 01/08/15
Por: Evaristo Morales Huertas.
XALAPA, VER.- Una compañera de estudios en Italia, quien por cierto era de origen australiano, platicando con ella en la ciudad de Milano Italia, allá por el año de 1970, me quiso insultar diciéndome: “ustedes los latinoamericanos son irredentos, no pueden convivir sin la mentira, por ello están condenados a vivir siempre en el subdesarrollo”.
Esta afirmación lapidaria, impactó tanto en mí vida que desde esa fecha procuro no olvidarla porque el comentario fue espontaneo y sobre todo tuvo como objeto el hecho de que para obtener lo que es legítimo, no es necesario producirse con falsedad, ni con amenazas.
Mi respuesta fue en ese momento: “La apreciación tuya es equivocada y discriminatoria o por lo menos exagerada estimada amiga”.
Sin embargo el tiempo ha confirmado que lo dicho por tan distinguida y culta dama, por desgracia es una realidad.
Los mexicanos, como parte de latinoamérica, seguimos siendo lo mismo o peores, en 2015 hemos hecho del engaño una cultura, de la cual hoy estamos viviendo sus peores consecuencias.
El soborno, “el cochupo”, “la mordida”, “el diezmo” de que se hace objeto al prójimo, ha generado la gran corrupción que hoy pulula en los ámbitos de los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, desgraciando con ello la raquítica economía de nuestra vida cotidiana.
Hasta los Ministros de la Iglesia han adoptado estas prácticas y así vemos como los grandes narcotraficantes y los más encumbrados políticos, gozan de ceremonias privadas para bautizar o casar a sus hijos sin necesidad de observar los requisitos que los pobres deben cumplir por no tener dinero.
Basta una jugosa “mordida”, la ayuda a un familiar o el arreglo de un templo para que todo quede solucionado y la ceremonia pueda realizarse: No hay excepción, ni en credos ni en jerarquías.
El refrán popular reza: “mamen, pero no se roben la vaca”. Aquí en México, se ha “mamado” y la “vaca” se la robaron.
Vaya que somos un caso único, un caso clínico: Hemos pretendido que con leyes absurdas, esto se corrija; no se ha entendido que nuestro problema requiere de un tratamiento especial que implica un cambio de mentalidad lo cual solo puede lograrse con educación.
Pero no una educación proveniente de un magisterio corrupto y prepotente que a través de los sindicatos tienen de rodillas a los gobiernos y que solo les interesa educar a la niñez para las manifestaciones, para las protestas, para las huelgas de hambre en fin para la cultura de la rebelión y del anarquismo.
Ese magisterio, debe desaparecer, porque de lo contrario son ellos los que seguirán sembrando la semilla de la descomposición, cuando lo que nuestros hijos necesitan es ser educados en el respeto, en la solidaridad hacia sus compañeros, en el trabajo responsable y honesto.
Esa es la educación que cambiará la mentalidad de los mexicanos y que sin duda sacará a nuestro país del subdesarrollo cultural en que hemos crecido.- HASTA DENTRO DE OCHO DIAS, SI EL QUE MANDA NO DISPONE OTRA COSA.