Claudia Guerrero Martínez
"ENTRE LO
UTÓPICO Y LO VERDADERO"
Gilberto Nieto Aguilar
"LIBERTAD
Y EDUCACIÓN"
Martín Quitano Martínez
"ENTRE
COLUMNAS"
Evaristo Morales Huertas
"VERACRUZ
EN LA MIRA"
Luis Hernández Montalvo
"MAESTRO
Y ARTICULISTA"
César Musalem Jop
"DESDE
LAS GALIAS"
Ángeles Trigos
"AIDÓS
Q DíKE"
La mujer es lo más bello de la vida, cuidemos de ellas...
El berrinche del Presidente
Noticia publicada a
las 05:15 am 02/04/15
Por: Ana Paula Ordorica.
¿Por qué nuestra democracia se ha convertido en una spotscracia? ¿Quién ve como buena idea que en el periodo de campañas los medios tengan que transmitir 41 minutos diarios de spots de 30 segundos que no dicen nada?
Fue un berrinche del presidente Gustavo Díaz Ordaz el origen de la democracia plagada de spots que tenemos ahora.
Un bombardeo de casi 40 millones de spots desde el arranque de las campañas hasta la elección del 7 de junio.
¿Cómo llegamos aquí? ¿Por qué nuestra democracia se ha convertido en una spotscracia? ¿Quién ve como buena idea que en el periodo de campañas los medios tengan que transmitir 41 minutos diarios de spots de 30 segundos que no dicen nada?
Hay que remontarnos al movimiento del 68 y la cobertura que los medios hicieron sobre el movimiento estudiantil y la matanza de Tlatelolco.
Como a Díaz Ordaz no le gustó el papel que jugaron la radio y la televisión en esa cobertura, envió una iniciativa al Congreso que fue aprobada el 30 de diciembre de 1968.
Entonces el Legislativo aprobó un impuesto de 25% a las utilidades de las empresas que tenían una concesión federal que se consideraran del interés público. Ahí se señaló a la radio y la televisión. En ese momento se le dio la alternativa a los medios de poner 49% de sus acciones en fideicomiso en una institución nacional de crédito.
Ante la reacción de los empresarios que llevó a meses de estira y afloja entre éstos y el gobierno, finalmente el 1 de julio de 1969 el presidente Díaz Ordaz autorizó, mediante decreto, que las empresas de radio y televisión pudieran pagar, como alternativa a este impuesto, con 12.5% de su tiempo diario de aire cediéndolo al Estado.
Así, de un berrinche presidencial, surge este 12.5% que en el gobierno de Fox y después, con las elecciones de 2006, se ha modificado para ser el monstruo que arroja spots al por mayor en un claro detrimento del debate político y funcionamiento de la democracia en nuestro país.
El resultado: muchos spots; poco debate; gran insatisfacción ciudadana.
Lo importante a resaltar de este bombardeo quisiéramos que fuera el contenido de los mensajes.
¿Qué tanto se puede decir en spots que deben durar 30 segundos? ¿No sería mejor tener debates entre candidatos que tengan que ser transmitidos en estos minutos obligados para los medios?
Un desperdicio.
Y además son gratis. Muchas veces escuchamos la queja de que los medios de comunicación se enriquecen con estas campañas publicitarias.
Basta recordar y recalcar que con las reformas electorales de 2007 y de 2014, los medios de comunicación se ven obligados a dar estos minutos diarios al aire de forma gratuita como contraprestación por la concesión que reciben del Estado.
La situación es exclusiva de los concesionarios de medios. No vemos que otros concesionarios tengan que pagar este impuesto adicional al gobierno federal.
O, ¿cuántos asientos de avión deben dar gratuitos las aerolíneas al gobierno federal? ¿Cuántos lingotes de oro; kilos de cobre u otro mineral le deben dar los concesionarios de minas al Ejecutivo?
Esta columna se toma unos días de descanso y regresa el 7 de abril.