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Es la economía
Noticia publicada a
las 03:54 am 28/03/15
Por: Manuel J. Jáuregui.
No albergamos ni el asomo de una duda, las cifras lo gritan: el CINCUENTA Y SIETE por ciento de los mexicanos desaprueban la actuación del Presidente Peña Nieto, pero el SESENTA Y SEIS POR CIENTO desaprueba su manejo económico, específicamente. La conclusión: ¡es la economía, tontuelo! (O como se dijera en la campaña de Bill Clinton en 1992: "It"s the economy, stupid!").
La Junta de Gobierno del Banco de México lo vino a confirmar ayer: la debilidad económica en México persiste, ello se denota en el consumo interno y en la producción industrial, motivo por el cual decidieron dejar intacta la tasa de interés.
Les parecerá extraño, estimados amigos, pero el que nosotros los ciudadanos sepamos las causas, no necesariamente quiere decir que lo sepa el Señor Presidente. Ya lo decía en su época Don Gustavo Petricioli: "En los primeros años de Gobierno no hay quien pueda penetrar a Los Guardianes del Templo", esto es, los tres o cuatro colaboradores más cercanos al Presidente y que son quienes "filtran" qué información le llega, cómo le llega y quién tiene acceso a él.
Estos guardianes suelen evitar las malas noticias y sólo permiten que le lleguen al Presidente las buenas, haya o no haya, ya que si no las generan los actos de gobierno ¡las inventan ellos mismos! De ahí el que frecuentemente observemos el desconecte existente del pico de la pirámide del poder con la realidad.
Eventualmente, cuando las cosas no les salen a los Presidentes y comienzan a tener problemas, algunos se aventuran fuera del cerco a enterarse de algunas cosas. Si nos preguntaran, les diríamos, amigos, que las apariencias indican -y así lo plasmó en su lapidario artículo The Economist- que a nuestro Presidente todavía no le cae el veinte de que bajo su timón la nave comienza a hacer agua. Están enfocados a ganar las elecciones del 7 de junio y así retacar al Congreso de correligionarios incondicionales, recuperar los Estados que han perdido y conservar los que tienen.
Para este fin la misma fregadencia de la economía ¡les ayuda! Así como en la tierra del ciego el tuerto es rey, en un país jorobado, hundido en la miseria, la lana del Gobierno y sus "programas asistenciales" les rinde más.
¡Cómo estará para que el usualmente dócil Gustavo Madero, presidente de los panaderos, ya esté gritando "¡foul!" acusando que los priistas desvían fondos públicos hacia sus campañas! Con monedas baila el perro y el Gobierno (y el narco) y son los únicos en México que -de momento- tienen plata. De manera que está a la disposición del régimen un amplio arsenal con el cual inducir el voto, comprarlo o fabricarlo.
Entonces, cuando en las elecciones del 7 de junio les vaya "bien" en los resultados, éstos servirán para que "Los Guardianes" generen un argumento de que las encuestas eran falsas, que la gente está muy contenta, la economía blindadísima y que nuestro Barco de Estado marcha viento en popa. Si logran el famoso "carro completo" el poder de "Los Guardianes" se incrementará y ello les permitirá ir buscando colocar a uno de los mismos como el Delfín del 2018.
Sirva todo este recuento para tratar de convencerlos, apreciados lectores, de que social y económicamente hablando casi la ÚNICA manera de rectificar los males que nos aquejan sería el que en las elecciones el partido del Presidente y sus "Guardianes" sufran un sustito. Esto es lo único que forzaría al Presidente a REPENSAR algunas cosas, a cuestionar programas, personas, decisiones y quizás así se abriera la posibilidad de que surjan nuevos paradigmas.
Uno que nos permitiera retomar el sendero del crecimiento económico, que generara riqueza y oportunidades para toda la población. Si como demuestran las encuestas el pueblo califica su actuación con un mediocre 5 (reprobado) los resultados electorales lo deberían reflejar cristalinamente. Si esto no sucede, perdemos toda oportunidad a que se dé el cambio en México.
Cambio que urge, ya que continuar el rumbo que llevamos, lejos de acercarnos, nos aleja del destino feliz que se nos prometió. Esto en lo ECONÓMICO y en lo social.