Noticia publicada a las 03:39 am 23/04/14

Por: Genaro Lozano.

Abril es el mes en el que pensamos en las niñas y en los niños de México.

Es el mes en el que los celebramos, porque ser niños en este país es motivo de celebrar. Porque desde pequeños se nos dice que el 30 de abril es el día del niño y desde hace algunos años, la corrección política y la perspectiva de género nos recuerdan que "y de las niñas también",

como proclamaban los spots oficiales.

El mes de los niños es oportunidad para el gobierno mexicano para presumir las campañas que está haciendo para la defensa de los derechos de las niñas y de los niños. De igual forma, el Poder Legislativo también hace sus comerciales en los que los legisladores nos dicen que les abren las puertas del Congreso a los menores y que se trabaja en leyes para protegerlos.

Pero celebraciones y publicidad oficial de lado, hay un enorme problema en México, un problema que es la cuarta causa por la cual las niñas dejan de asistir a las escuelas, un problema que pone a México en el primer lugar de su frecuencia entre los países miembros de la OCDE. Un problema que está causando que miles de niñas en este país cada año estén perdiendo oportunidades. Me refiero al embarazo adolescente.

Niñas y jovencitas que entre los 13 y los 16 años se están embarazando porque de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud Pública y de su Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2012, en México 2 de cada 10 adolescentes de entre 12 y 19 años han iniciado su vida sexual. Porque de acuerdo con ese mismo estudio, 34 de cada 100 mujeres adolescentes no utilizaron algún método anticonceptivo en su primera relación sexual, arriesgándose no solo a contraer alguna enfermedad de transmisión sexual, sino también a embarazarse, a perder oportunidades para su futuro, a ser niñas madres y tener que abandonar los estudios para dedicarse a la crianza de sus bebés.

Lamentablemente, como denuncia Dunia Verona, el gobierno mexicano no está atendiendo el embarazo adolescente. No hay políticas públicas encaminadas a mantener a las niñas y adolescentes en las escuelas cuando están embarazadas. Hay todavía quienes creen que las mejores campañas de educación sexual son las que promueven la abstinencia, en lugar de la educación sexual.

Por ello, el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) lanzó este mes una campaña titulada "Recupera una Oportunidad" con la que busca hacer conciencia sobre este problema en México, dar información a los padres y madres para que puedan educar mejor a sus hijas e hijos y con el que buscan llamar la atención de las y los legisladores, así como de ejecutivos locales y del Ejecutivo federal para que diseñen políticas públicas que atiendan los embarazos de adolescentes.

Regina Tamés, la directora de GIRE, y su equipo estuvieron a mediados de abril en el Senado, donde le dejaron a las senadoras y senadores un paquete con información sobre la campaña de "Recupera una Oportunidad". Al parecer hay interés de los senadores por hacer algo al respecto. Senadoras como Alejandra Barrales, Angélica de la Peña y Diva Gastelum acordaron que es necesario aumentar la edad legal para contraer matrimonio en México de 16 a 18 años, que es precisamente una de las propuestas que hacen la ONU y GIRE para prevenir los embarazos de adolescentes.

Las feministas han estado divididas en torno a la maternidad y al embarazo. Hace algunas décadas, en los años 60, un sector del feminismo radical lamentaba la maternidad y la veía como un instrumento de opresión de sociedades patriarcales a las mujeres. Más adelante, a partir de los 80, los diversos feminismos "hicieron las paces" con la maternidad y empezaron a abrazarla como una experiencia de vida, al mismo tiempo que defendían el derecho a decidir cuándo la mujer quiera ejercer la maternidad, también a partir de entonces empezaron a promover políticas que atendían la salud materna y se aplicó la perspectiva de género para entender los efectos del embarazo en la productividad laboral, en el acceso a trabajos por pruebas de embarazo, etc.

Embarazarse no es un delito, pero quitarle a niñas y a jóvenes oportunidades para su desarrollo sí. Y en este tema hay consenso entre grupos feministas de todos lados. Por ello, el Fondo de Población de la ONU ha encontrado precisamente que el matrimonio entre menores de edad es una de las causas principales del embarazo adolescente, al igual que la pobreza y la falta de educación sexual. En México la violencia de género y jueces que impiden que una chica que ha sido violada y que resulta embarazada pueda acceder a una interrupción legal del embarazo también contribuyen a aumentar la frecuencia de embarazos de niñas y adolescentes.

El gobierno de Peña Nieto ha resultado ser más progresista de lo que muchos esperábamos en temas de sexualidad, derechos de las mujeres, de la diversidad sexual y de otros grupos minoritarios. En esos temas ha habido un franco contraste con el sexenio de Felipe Calderón. Sin embargo, atender el embarazo de adolescentes es una urgencia que se arrastra desde hace ya tiempo y abril es un buen mes para recuperar oportunidades perdidas. Ojalá muchos se sumen a la propuesta de GIRE, visiten el sitio www.recuperaunaoportunidad.gire.org.mx y el 30 de abril usen la imagen de la campaña en sus redes sociales.

Blog: www.reforma.com/blogs/genarolozano
Twitter: @genarolozano

Fuente: Reforma.

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