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Por los caminos del sur
Noticia publicada a
las 02:05 am 16/04/14
Por: Gilberto Nieto Aguilar.
* "Por los caminos del Sur, vámonos para Guerrero..."
XALAPA, VER.- Hermosa melodía que evoca a las tierras guerrerenses pero no es la que arranca este título: es el sur veracruzano, los caminos de Acayucan, de Oteapan, de Chinameca, Tatahuicapan, Minatitlán y Coatzacoalcos los que me hacen suspirar por el buen trato de la gente y la belleza de la región,
y también por los problemas sin resolver que esperan decisiones, comprensión y consensos. Es cierto que hay intransigencia estorbando por todos lados, que algunos la manejan como formas de defensa y otros a manera de preservación, con ideas contrapuestas y contradictorias, poco conciliatorias y escasamente aglutinantes.
No se puede encontrar una versión que coincida con las otras; cada una va sola, cual si fuese un mundo aparte, justificada y justificable, con una fijación que se repite como un eco que se pierde en las aulas, los pasillos y las calles enunciando su verdad. Esta fijación no acepta disculpas, no quiere enmiendas, se ha quedado empantanada en la viscosidad de su propia contradicción y buscando libertad ha tomado nuevas cadenas y grilletes sin atar cabos para descifrar la esencia de lo mismo que critican.
Quieren ser y eso es muy bueno. Pero mientras no desentrañen el sofisma que les mueve, mientras no separen su propia verdad de las otras verdades, de los otros intereses que les alientan; mientras no desvanezcan las dudas, ni clarifiquen el motor del por qué y para qué, no hallarán el camino que les lleve a satisfacer la ilusión que persiguen puesto que la quimera es prestada, sembrada falsamente y el fruto que cosechen será para otros. Poco preservarán, y menos disfrutarán.
Mientras se aclara el estado del arte, se acomoda el fundamento y las premisas, se aclaran las hipótesis y los supuestos, el tiempo transcurre adormilando con su mágico efecto lo que no se ha resuelto, ni desentrañado, ni acomodado a la realidad originaria del evento. Los provocadores de inercias se han desvanecido pero continúan pendientes de seguir azuzando, de seguir alimentando el fuego de la inconformidad, preocupados por aquellos que siendo los primeros no aparecen, o se retiran, o se esconden, o piensan en volver, pero felices porque otros exceden los límites, los reclamos, asumen actitudes hostiles, se tornan poco reflexivos, divagan y son intransigentes en lo que piensan, lo que quieren, lo que piden, lo que buscan.
Faltan fuerzas de atracción que concilien, no que azucen o incriminen; que ofrezcan soluciones, que aporten buenas intenciones, que quieran desandar el camino y rehacerlo otra vez, que transmitan confianza, mucha confianza. Tal vez esto sea parte de la solución pero igual lo que menos se quiere, lo que menos conviene, lo que para nada esperan que ocurra no sé quiénes, ni por qué, ni para qué. El universo nacional está lleno de interrogantes y la desconfianza es la atmósfera que se respira como resultado negativo de una evolución y mejora en las condiciones de vida, incluso de la "alternancia pacífica y del cambio".
Después de dos días de una intensa actividad, un merecido descanso sabatino nos llevó a pasar por Tatahuicapa, rumbo a Peña Hermosa, en la playa. El lugar es pintoresco y todo parece en calma, aunque sé que allí se han dado lugar algunos hechos lamentables, como el atropello criminal contra terceros. Pero dejemos esto y disfrutemos del paisaje, verdadera belleza natural. La vida pide una cuota de todos los vivires, y a veces escatimamos pagarla.