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El mercado transnacional del maíz
Noticia publicada a
las 03:30 am 28/12/25
Por: Ana de Ita*.
El mercado mexicano del maíz está cada vez más controlado por las trasnacionales. Mientras los campesinos tuvieron que manifestarse en las carreteras y puentes internacionales a finales de este año en demanda de precios justos para sus cosechas de maíz y otros granos básicos, las corporaciones han continuado importándolo.
Los tratados de libre comercio son instrumentos de las empresas trasnacionales que les permiten borrar fronteras para operar en varios países, y aprovechar las distintas ventajas en cada uno de ellos. Como resultado de la puesta en marcha del viejo TLCAN, las comercializadoras de granos básicos y varias de las empresas que los utilizan como insumos instalaron subsidiarias en México y, sin regulación del Estado, controlan cada vez más el mercado de los alimentos básicos del país.
Las importaciones totales de maíz ascienden a casi 20 millones de toneladas para octubre de 2025 y es posible que cierren el año con cerca de 23.6 millones de toneladas. Archer Daniels Midland, Bartlett y Cargill, gigantes agroindustriales mundiales, son responsables de casi la mitad de las importaciones de maíz tanto blanco como amarillo, pues a octubre 2025 importaron en conjunto 9.7 millones de toneladas.
Estas corporaciones inciden en la definición de los precios internacionales a partir de movimientos reales o especulativos. Las tres crecieron y se fortalecieron aprovechando el vacío en el mercado que dejó la Conasupo (http://bit. ly/3MI3cl7) y la liberalización total de la agricultura que implicaron el TLCAN y el T-MEC. Las importaciones de maíz blanco alcanzaron hasta octubre 839 mil toneladas, que compiten directamente con la producción nacional y presionan sus precios a la baja. Cargill “de México” absorbió el mayor volumen de importaciones de maíz blanco, 215 mil toneladas, equivalente al 26 por ciento del total, mientras aún quedan sin vender 200 mil toneladas de la cosecha de otoño-invierno de Sinaloa.
Cargill compró en 2004 una terminal granelera en Veracruz para recibir sus importaciones. Vende sólo a grandes compradores. Abastece a las harineras, entre las que pueden encontrarse Maseca y Minsa, que también pueden importar directamente, y a molinos grandes que elaboran masa nixtamalizada para las tortillerías. En 2025, Minsa no importó maíz directamente y Maseca importó sólo 23 mil 200 toneladas. Cargill tiene su propia marca de harina de maíz, Optimasa.
También puede comprar maíz directamente a los agricultores mexicanos, pero coloca como referencia el precio internacional y utiliza su posibilidad de importar para negociar a su favor. En el mercado de maíz amarillo, Cargill absorbe alrededor de 7 por ciento de las importaciones totales, con 1.4 millones de toneladas, compradas a Cargill Internacional. Bachoco, Campi o SuKarne importan directamente, pero también a través de Cargill de México o de ADM México.
Cargill se ha consolidado en el país como la compañía integradora de la comercialización de granos (https://bit.ly/3Y8T7A6). ADM por su parte se ubica –según su propia definición– en la transformación de productos naturales en ingredientes, ya que produce aceites, espesantes, endulzantes, probióticos, biocombustibles y demás, a partir de granos básicos y oleaginosas, pero además distribuye sus importaciones de maíz a otras compañías que lo usan como insumo. Bartlett Logistic de México es una empresa silenciosa, ubicada en Aguascalientes, subsidiaria de Bartlett Grain Company. Es un exportador líder de los granos de Estados Unidos.
Importó a México 5.4 millones de toneladas de maíz hasta octubre de este año, que equivalen a 27 por ciento del total, un nivel de concentración preocupante. Es responsable de 18 por ciento del maíz blanco importado. Este año abrió una terminal granelera ferroviaria en Nuevo León.
A diferencia de Cargill, puede surtir a empresas o molinos más pequeños y no se dedica a su procesamiento. Su principal fuerza está en la importación de maíz amarillo, con 5.3 millones de toneladas. El control del mercado de maíz por las trasnacionales hace indispensable que el Estado establezca contrapesos a favor de los productores y los consumidores. El acuerdo entre el gobierno y el Frente Nacional para el Rescate del Campo de un mecanismo de pignoración de las cosechas de granos es un primer paso en la dirección correcta.
Los agricultores obtendrán un crédito que tiene como garantía la cosecha y les permitirá solventar sus compromisos, sin malbaratar su producción y esperar mejores condiciones para su venta. Además, al retirar del mercado un volumen importante de granos, apoyará el manejo de oferta y el aumento de los precios.
El gobierno asumirá los costos de almacenamiento e intereses. Los campesinos y agricultores podrán negociar en mejores condiciones con los compradores. Además de iniciar la construcción de una reserva técnica de granos que garantice la seguridad alimentaria del país.
*Directora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano