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Retrogradaron…
Noticia publicada a
las 12:42 am 24/12/25
Por: Thimoteo el gato…
El viaje a Paris desde hace trece años, tuvo una sola intención; investigar sobre la vida de Renato Leduc, Leonora Carrington, Tina Modoti y su suicidio en Notre Dame, Jorge Saldaña que vivió en el barrio Latino sin faltar la enigmática Edith Piaf, quien sigue siendo mi heroína de la resistencia francesa, cuando entró Hitler y sus hordas cuatroteras a París.
Lo demás lo hizo mi voz que, acompañada y acompasada con mi lira, soltaron sus notas dulces en las tardes estivales a la sombra de la Torre Eiffel, donde con dos o tres gatitas sabrosonas me deleité por horas, mientras me comía una baguete con carnes frías y una botella de vino barato que me resultó más sabroso que una vulgar coca cola.
Supe que Renato el viejo calenturiento se casó con Leonora y que antes de que Hitler entrara a sangre y fuego, salió hecho la chingada para Nueva York sin volver la cara, también me contaron que Saldaña anduvo cantando en los bares y como cantaba feo, mejor se cambió de oficio y se vino a México para hacerla de locutor y presentador de algunas artistas a cambio de una sabrosa nalga veinteañera.
En cuanto a la Modoti, me enteré que la razón de su suicidio fue que, llegó el oaxaqueño José Vasconcelos hijo de mamá (era edipiano) y le confesó que no se podía casar con ella, por lo que se regresaba a México y que ella le hiciera como pudiera. Se fue Vasconcelos, la Modoti tomó la pistola y se fue como a las 7:30 P. M a Notre Dame y se sorrajó un tiro en la sien; aunque algunos dicen que fue exactamente en la chichita izquierda.
Respecto a Edith Piaff, investigué su vida y supe que su padre que era un cirquero, dejó a su mamá a la hora de dar a Luz, ella se salió a buscar auxilio médico, pero le ganó la floración de la cría y salió a la vida bajo la luz de un farol de donde fue levantada para ser cobijada por algunas damas que se apiadaron de su terrible sufrimiento.
A los cuatro años la madre murió y se le quedó a la abuela que era dueña de una casa de putas, en donde las mujeres la cobijaron, la cuidaron, la niña creció, un día de tantos a los 13 años se fue por las calles del MUNDO, para cantar por unas monedas, se empezó a hacer famosa poco a poco hasta que, escuchada por un presentador de artistas le dio una oportunidad y el dolor profundo de la vida, el sufrimiento constante y la necesidad, le dieron lo que se requiere para triunfar en todo, menos en el amor.
Edith se hizo famosa, su fama recorrió Paris y todo Francia, sin dejar de contar al mundo. Un día, mientras estaba en Nueva York esperando al amor de su vida Marcel Proust, se enteró que se cayó el avión, ella entró en un mar de dolor y a punto de abandonar su carrera, apareció un amigo que la animó, la proyectó y ahora en cada canción que presentaba ante públicos amantes de su voz entregaba no solo la magia de su canto, sino todo el infierno de dolor que había sufrido para que una noche, víctima de la artritis reumatoide y un infarto al corazón, murió para no ser olvidada nuca jamás.
Ante tanta angustia por seres que destacaron en la sociedad por su grandeza, ya ando pensando en un suicidio significativo que me permita ser feliz más allá de las estrellas. Quizá se pueda, he contado que en Tehuacán ya se ha suicidado como 17 chavos, yo creo que merezco una muerte asistida por tanto sufrir al PRI, al PAN a Morena y no creo resistir al Dr. Barroso Chávez que, cada día hunde a Tehuacán en el estercolero de la historia vieja de estos popolocas sin redención. Ni modo ¡¡¡Miauuu!