Noticia publicada a las 02:19 am 29/11/25

Por: Diana López Zurita.

El camino trazado por la Presidenta es el conflicto político con los gobiernos contrarios a la 4T.
Dante Alighieri (1265-1321), en su obra La Divina Comedia dijo que “por mí se va a la ciudad doliente, por mí se va al eternal tormento; por mí se va tras la maldita gente. Antes de mí, no hubo jamás crianza, sino lo eterno;

yo por siempre duro: ¡Oh, los que entráis, dejad toda esperanza!”, esta cita clásica pertenece a la alegoría poética previa a las puertas del infierno. Posterior al averno, vendría el purgatorio, y finalmente el tan anhelado paraíso, como símbolo de ascendencia que se decantaría en transformación. ¿Cómo vincular esto con la política?
Desafortunadamente, hay tela de donde cortar, como si para llegar a un estadio de justicia social se hubiese transitado por distintos círculos del infierno desde la época colonial al neoliberalismo, mediante eslabones que ejercieron el poder en detrimento de las poblaciones históricamente excluidas en términos ideológicos, económicos y sociales. Cuando se ingresa al servicio público, existe un refrán que dice “se heredan los bienes, pero también los males”. La 4T se enfrentó a lo que el politólogo Humberto Aldana Navarro identificó como “hábitos y rutinas negativas como el compadrazgo y nepotismo, o hasta una burocracia anquilosada”. ¿Las consecuencias? Una anomia social heredada de gobiernos corruptos, y actualmente, algunas distopías basadas en redes sociales sin argumento y validez para emancipar el llamado al conflicto. ¿Cuál es la diferencia con la 4T?
En su conferencia de prensa del 17 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum señaló que “la mayoría del pueblo de México quiere que continúe la Transformación. Y por más que quieran construir en las redes sociales una realidad virtual, la gente en la realidad vive otra cosa, y está con la Transformación”. ¿Cuál es la evidencia? En 2018, se publicaba el estudio ¿Un ascensor social roto? Cómo promover la movilidad social de la OCDE, donde países como México proyectaron entre 6 a 11 generaciones para que una persona nacida en la pobreza lograra ascender socioeconómicamente; en cambio, para el cierre del Primer Informe de Gobierno de la Presidenta “13.5 millones de mexicanos superaron la pobreza”. Mientras que el salario estuvo estancado durante las últimas 4 décadas dejando al desamparo a millones de personas; con la 4T se tienen a 13.2 millones de adultos mayores recibiendo su pensión, 2 millones 982 mil mujeres que serán beneficiarias de la Pensión Mujeres Bienestar, un millón 614 mil personas en el caso de la Pensión para Personas con Discapacidad, y 256 mil niñas y niños —menores de 4 años— reciben apoyo del Programa Madres Trabajadoras.
Del abandono neoliberal en la juventud, hoy, con la 4T, se han protegido a 3 millones 423 mil jóvenes mediante el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro —de cual, es importante mencionar que, 7 de cada 10 egresados del programa pueden encontrar un empleo o actividad productiva—. De una Guerra contra el Narco a una política educativa con las Becas Rita Cetina (5.59 millones de becarios) y Benito Juárez (4 millones de becarios); a la meta de 120 mil lugares para nivel bachillerato, así como a la meta de 130 nuevas escuelas cerca de tu casa en 110 municipios, y a la meta en educación superior de 330 mil nuevos lugares. El sociólogo Max Weber (1864-1920) formuló “no es necesario ser un César para comprender a César”. La acción social en la 4T es de justicia social. Isai Jahaziel Flores Escalante —versado en leyes—, reflexionó que la justicia “es ese estado social donde la protección del otro es la vocación para vivir”. ¿Cómo reorientar entonces nuestra intencionalidad? En lo expresado por Zyanya Gabriela Sifri Márquez y Leslie Janet Abarca Correa —analistas sociales— al observar que “la burocracia puede tener dos rostros, el que condena o el que otorga beneficios”. Si es clara la comprensión hacía César, es claro el papel de la 4T: justicia social. ¿Qué queda por hacer? El escritor Khaled Hosseini expresó “cuando mientes, le robas a alguien el derecho a la verdad”, y en ese momento, nuestro trabajo es lo que dará cuenta de la veracidad. El camino trazado por la Presidenta (perseverancia, humanismo, honestidad y cercanía con el pueblo) es el conflicto político con los gobiernos contrarios a la 4T.

Fuente: HERALDO DE MEXICO.

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