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Morena en Puebla, la purga que no es moral, es mensaje
Noticia publicada a
las 02:28 am 22/11/25
Por: Edgardo López Robles.
Querido lector: en política, nada se filtra por accidente. Y la famosa lista de 22 exfuncionarios y 16 exediles “bajo investigación” no es, como quieren venderla, un acto de purificación moral. Es otra cosa: un instrumento de control, una advertencia envuelta en papel anticorrupción, un recordatorio silencioso —y siciliano— de quién manda hoy en Puebla.
Mientras la Secretaría de Anticorrupción y la Auditoría Superior del Estado preparan sus pliegos de cargos, el gobernador Alejandro Armenta declama su frase emblemática: “Morena no será escudo de nadie”.
Pero, estimado lector, usted y yo sabemos que eso no es así. Esta no es una cruzada ética. Es un mensaje político. Un mensaje de esos que no se mandan con tinta… sino con poder.
Los nombres no delatan corrupción: delatan lealtades
El primer bloque es el del barbosismo. Ahí está Julio Miguel Huerta Gómez, primo del exgobernador Barbosa, junto con varios operadores que formaron la verdadera maquinaria del pasado sexenio. No es casualidad: son el grupo más incómodo para el nuevo orden.
El segundo bloque es el del salomonismo. Los Aquino Limón, viejos operadores de cancha dura. Otros personajes de aquel círculo también aparecen.
¿Casualidad?
No. Es una bala política envuelta en sobre timbrado.
La lista no nació para combatir la corrupción. Nació para recordarles que su futuro depende de no desviarse, de no coquetear con proyectos ajenos, de no amenazar equilibrios locales.
¿Y la Sierra Norte?
Aquí, lector, es donde la trama se vuelve más interesante.
¿Por qué aparece Carlos Barragán Amador en el distrito de Xicotepec? No porque alguien haya descubierto algún pecado nuevo, sino porque la Sierra Norte es un dolor de cabeza para el gobernador. Y porque se deben abrir espacios a viejos operadores priistas como Ardelio y Guadalupe Vargas, especialmente ante la altísima probabilidad de que la diputada local busque la reelección… o la presidencia municipal.
En Zacatlán ocurre lo mismo:
La mención de Beatriz Sánchez Galindo no es moral: es territorial.
Control del distrito 02.
Control de la plaza.
Control del tablero.
El amable lector no debe perder de vista que al gran elector de Puebla lo que realmente le interesa no es la virtud, sino los distritos. Son los diputados locales los que alimentan gobernabilidad, presupuesto, pactos y futuro.
¿Por qué este nivel de violencia política interna?
La respuesta es simple, pero brutal:
Porque el grupo en el poder no construyó equilibrios.
Porque concentró todo el aparato estatal para los suyos.
Porque relegó a medio estado político a las sombras.
Y esos actores relegados no van a romper Puebla, pero sí pueden romper municipios, alterar estructuras locales y desfigurar la elección intermedia de 2027.
Eso es lo que realmente preocupa.
Eso es lo que genera las filtraciones.
Eso es lo que obliga a desempolvar auditorías y pliegos administrativos.
La lista es un aviso:
“No se muevan, no se vayan a otro partido, no jueguen por debajo de la mesa”.
Una misiva de “amabilidad política”, enviada en el lenguaje de quienes saben que no tienen el control absoluto y deben recurrir al expediente de siempre: la amenaza técnica envuelta en discurso moral.
Los grupos están amarrados… pero vivos
Los barbosistas, los salomonistas y otros bloques regionales están amarrados por su propio pasado. Una auditoría bien hecha los puede poner a temblar.
Una auditoría mal hecha los puede destruir igual. Y ellos lo saben.
Esa es la palanca de presión que sostiene al gobierno. Esa es la cuerda que mantiene la disciplina. Pero no nos equivoquemos: en 2027, cuando comiencen las disputas por las alcaldías, los operadores regionales —libres, molestos y con estructura— pueden convertirse en el factor que reconfigure el mapa municipal.
La elección intermedia no perdona improvisados.
Y todos los que hoy son “señalados” también son, paradójicamente, los únicos que saben ganar elecciones en su tierra.
En síntesis: la lista no es anticorrupción.
La lista es un mecanismo de control. Una advertencia elegante. Un recordatorio de quién reparte espacios. Un mensaje para todos aquellos que, por debajo del agua, ya pensaban en emigrar, negociar o desafiar.
El amable lector puede quedarse con la frase oficial:
“Morena no será escudo de nadie”.
O puede quedarse con la frase real:
“Morena tampoco será refugio de los que no obedecen”.
Ahí está la diferencia.
Ahí está el poder.
Ahí está la batalla que ya empezó rumbo a 2027.
¡Nos leemos en la próxima edición!