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Decreto, emitido por el consejo de comisarios del Pueblo
Noticia publicada a
las 02:20 am 22/11/25
Por: Redacción.
El decreto sobre la jornada laboral de ocho horas, emitido por el Consejo de Comisarios del Pueblo de la Rusia bolchevique, no fue simplemente una reforma administrativa; fue una proclama histórica que codificó la victoria del poder proletario en la legislación, sirviendo como una fundación radical para los derechos laborales modernos.
El contenido de este acto y su contexto histórico:
La Conquista Legislativa de Octubre: El Decreto de las Ocho Horas.
Apenas cuatro días después de la toma del poder por los bolcheviques en Petrogrado, el 11 de noviembre de 1917, el recién establecido gobierno obrero y campesino, liderado por V.I. Lenin, procedió a dictar el Decreto sobre la jornada laboral de 8 horas. Este acto materializó de inmediato una de las demandas más antiguas y universales del movimiento obrero internacional.
Detalles y Fundamentos del Decreto
El decreto fue taxativo y minucioso en su aplicación:
Duración de la Jornada: Se estableció que el tiempo de trabajo, determinado por los reglamentos internos de las empresas, no debía exceder de ocho horas por día y cuarenta y ocho horas por semana. Este cómputo incluía el tiempo indispensable para la limpieza de la maquinaria y la puesta en orden de los locales de trabajo.
Trabajos Peligrosos: Reconociendo la disparidad de riesgos, la ley contempló una reducción a seis horas de trabajo para aquellos empleados en ocupaciones o industrias consideradas particularmente peligrosas o nocivas para la salud.
Supervisión y Castigo: Para garantizar la observancia, el Estado asumió una estricta supervisión del cumplimiento de la norma. La violación de esta ley se castigaba severamente, con penas de prisión de hasta un año para los culpables, demostrando la seriedad del nuevo régimen en proteger los derechos del trabajo.
Horas Extras: Las horas que excedieran la jornada legalmente establecida solo podían realizarse en condiciones específicas y debían ser remuneradas al doble del salario ordinario.
Un Hito Histórico: El Proletariado como Clase Dominante.
El significado histórico de este decreto radica en su fuente: "Por primera vez en la historia, la clase dominante introdujo una jornada laboral más corta, ya que el proletariado mismo se había convertido en la clase dominante."
Tradicionalmente, la reducción de la jornada laboral era una concesión arrancada a la burguesía por medio de huelgas y luchas sindicales. En Rusia, en cambio, la reducción fue una imposición inmediata dictada desde el poder político por la clase trabajadora.
Este avance legislativo contrastaba brutalmente con la realidad laboral del resto del continente:
"En el momento que la Revolución de Octubre implanta la jornada laboral de 8 horas en toda Europa se realizaban jornadas laborales de más de 12 horas."
El propio V.I. Lenin reconoció la magnitud de este cambio, describiéndolo en términos de conquista fundamental en un momento de hostilidad internacional:
"Esta es una gran conquista del poder soviético, que en un momento en que todos los países se están volviendo contra la clase obrera, implantamos un código que establece firmemente los fundamentos de la legislación laboral, como la jornada laboral de 8 horas."
La Profundización de los Derechos Laborales
El Decreto de 1917 fue solo el punto de partida. La consolidación del poder soviético permitió una progresiva ampliación de las protecciones sociales y laborales, demostrando el compromiso ideológico del nuevo Estado con su base de apoyo:
Jornada Reducida en 1929: La jornada laboral fue reducida todavía más a siete horas diarias en 1929 en la Unión Soviética, anticipándose a muchas naciones occidentales en esta reforma.
Vacaciones Pagadas: Las vacaciones pasaron a ser pagadas para todos los trabajadores, estableciendo un derecho universal al descanso remunerado.
Vivienda Asequible en 1926: Se decretó una ley en 1926 que limitaba el alquiler de la vivienda a un máximo de solo el 3% del salario del trabajador, buscando eliminar la carga de la renta y garantizar la estabilidad habitacional como un derecho social.
"La secuencia de estos decretos: jornada de ocho horas, jornada de siete horas, vacaciones pagadas, y el límite al alquiler, ilustra la velocidad y la radicalidad con la que el nuevo Estado soviético transformó la legislación laboral, pasando de la reivindicación a la codificación de derechos sociales sin precedentes en la historia contemporánea."