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¡Palacio lo confirma: ‘espía’ a los críticos!
Noticia publicada a
las 02:53 am 15/11/25
Por: Ricardo Alemán.
Durante años lo negaron con el “cuento engañabobos” de que “no son iguales”.
Negaron que los gobiernos de Morena, especialmente los gobiernos federales, fueran capaces de “espiar” no sólo a los ciudadanos incómodos, sino a los críticos y opositores.
Una negación que por años rayó en el ridículo,
sobre todo por las pruebas apabullantes de que la dictadura de Morena tiene, en el espionaje social, uno de sus principales instrumentos de represión.
Talante represivo que no pueden ocultar más, sobre todo porque hoy, en Palacio, van de tropiezo en tropiezo.
O si se quiere, de torpeza en torpeza.
Y es que, en su delirante desesperación por anular la protesta popular y la crítica a sus fallidos gobiernos, desde Palacio la propia Presidenta confirmó que en su gestión espía de manera sistemática, no sólo a los críticos, sino a los opositores; sean periodistas, empresarios o dueños de medios.
Un espionaje sistémico e ilegal que es utilizado no sólo para perseguir fiscal y penalmente a quienes critican y se oponen a los sátrapas en el poder, sino para amedrentarlos y acosarlos.
Y si tenían alguna duda, el acoso y su ristra de amedrentamiento, quedaron exhibidos en “la mañanera” de ayer jueves 13 de noviembre del 2025, cuando la propia Claudia Sheinbaum dio a conocer el resultado del grosero “stalkeo” oficial de decenas de cuentas en plataformas sociales de quienes llamó “la ultraderecha”.
Sí, el acoso oficial de tales cuentas fue ordenado por la propia Presidenta, con el argumento de que la ultraderecha mexicana y sus tentáculos internacionales son los responsables de hacer creer y hacer crecer la protesta que se prepara para el sábado 15 de noviembre, en repudio a la violencia, en general y en particular al crimen de Carlos Manzo, el asesinado Alcalde de Uruapan, Michoacán.
Es decir, que luego de “espiar” cuentas de plataformas digitales, la Presidenta concluyó que –según los genios de Palacio–, la movilización social prevista para el sábado 15 de noviembre en todo el país es una suerte de invento que no salió de los jóvenes mexicanos –de “la generación Z” –, sino de grupos políticos que, según ella, no quieren a su Gobierno.
Y hasta se burló de los adultos convocantes que “no llegan ni a chavorrucos”, dijo entre risas.
En efecto, una nueva torpeza propia de aquellas dictaduras que a diario exhiben su ineficacia y luego reprime por todos los medios a quienes cuestionan esa ineficacia.
Lo cierto, sin embargo, es que desde Palacio entraron en pánico por la protesta callejera y, por eso, lanzan dardos envenenados para desalentar y desarticular la manifestación del sábado 15 de noviembre del 2025, protesta social que –igual que el enojo ciudadano–, no tiene límite de edad.
Y es que, por si lo han olvidado, la irresponsabilidad, la ineficacia y la estulticia de los gobiernos de Morena no sólo afecta a la llamada “generación Z”, sino a todos los sectores y estratos de la sociedad mexicana.
Daña desde niños que son secuestrados y asesinados –como ocurrió apenas el pasado miércoles en Oaxaca, en donde fue privada de la vida una menor de 4 años–, pasando por jóvenes que son reclutados para las filas del crimen organizado, hasta adultos que en todas las actividades comerciales y empresariales son extorsionados.
En realidad, lo más alarmante es confirmar que Palacio ordenó espiar a ciudadanos de todos los sectores sociales, por “cometer el delito” de cuestionar, criticar y oponerse a las fallidas instituciones del Estado mexicano.
Peor aún, también desde el poder presidencial se instruyó a los paleros oficialistas para sembrar en la conciencia colectiva la idea de que Carlos Manzo fue asesinado “por su pensamiento de derecha”.
Es decir que, según la dictadura de Morena, en México es un delito pensar con cabeza propia y corre peligro la vida de quienes se atrevan a pensar distinto a lo que ordena la verdad oficial: tiranía propia del Stalinismo.
Por eso, la propia Presidenta ordenó “stalkear” a los convocantes a la manifestación de mañana sábado en todo el país.
Y hora una aportación cultural. La palabra inglesa “stalk” se traduce, según la Real Academia de la Lengua, como: “el delito de espiar, acechar, husmear, cotillear o acosar en redes sociales” a una persona, durante tiempo prolongado sin que el espiado lo sepa; con lo que se siembra terror.
Pero no, que nadie se equivoque. Lo cierto es que desde Palacio lanzan la advertencia de que críticos y opositores son espiados, con la finalidad de que todos los mexicanos conozcan el alcance de la dictadura.
Sí, se los dije, todos somos espiados.
Al tiempo.