el fanático militante de la ultraderecha empresarial a quien la familia propietaria del mencionado medio de comunicación entregó tan importante responsabilidad apenas unos días después de que Andrés Manuel López Obrador protestara como presidente de México.
Es decir, don Alejandro Junco de la Vega y su hijo Alejandro Junco Elizondo no ocultaron sus intenciones: abandonar el periodismo que busca la objetividad para realizar activismo político; activismo, en efecto, contra el mandatario de izquierda con cuyo proyecto de gobierno no está de acuerdo la cúpula de los negocios en México, a la que ideológicamente encabeza Grupo Reforma —El Norte, en Monterrey; Reforma, en la Ciudad de México, y Mural en Guadalajara—.
No han sido pocas —de hecho han sido muchas, ya demasiadas—, las mentiras contra AMLO que ha difundido el periódico de los Junco; todas las ha respondido el presidente de México normalmente con humor y, sobre todo, con datos duros que aclaran las malas informaciones. Pero, a veces, el gobernante ha caído en excesos al calificar a Reforma —por ejemplo, le llamó “pasquín inmundo”—.
Algunos hemos escrito para condenar a Andrés Manuel cuando se ha extralimitado en sus juicios contra la influyente empresa mediática; recientemente, en forma injusta, dijo que la línea editorial de uno de sus diarios, El Norte, favorece a uno de los candidatos al gobierno de Nuevo León, Adrián de la Garza, del PRI, el “candidato de Salinas”. En Monterrey sabemos que esto no es verdad.
En ese duelo AMLO-Reforma, es el periódico el que más ha rebasado, y por mucho, los límites del sano debate. Pero, a pesar de ello, las cosas no habían llegado a la inmoralidad extrema.
Este 15 de mayo, de plano, Reforma se pasó al ofender a uno de los hombres más limpios que conozco, de los que más han hecho por la democracia en México, José Agustín Ortiz Pinchetti.
Lo peor es que, para insultarlo y calumniarlo, la columna Templo Mayor recuerda los méritos democráticos de José Agustín, innegables y aun históricos:
√ “Toda una vida como referente en el impulso a la democracia”.
√ “Parte de la primera generación de consejeros electorales ciudadanos del IFE”.
√ “Promotor de los 20 compromisos por la democracia”.
√ “Coordinador del Seminario del Castillo de Chapultepec para la Reforma Electoral de 1995”.
√ “Presidente de Causa Ciudadana”.
Ese es el contexto para la descalificación:
√ “Quienes conocen la trayectoria del titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEDE), José Agustín Ortiz Pinchetti, consideran como una pena la manera en la que está terminando su carrera en la política”.
√ “Está empeñando su buen nombre para convertirse en el policía político de Andrés Manuel López Obrador”.
√ Ha emprendido “una investigación contra dos candidatos, Adrián de la Garza y Samuel García, sólo para darle ventajas a la aspirante del partido del Presidente en turno”.
√ “Hasta cuesta trabajo creer que sea el mismo Ortiz Pinchetti”.
Lo que perversamente oculta Reforma
José Agustín no obedece instrucciones de AMLO ni de nadie. Si decidió investigar a los candidatos líderes al gobierno de Nuevo León —el priista Adrián de la Garza, del PRI, y Samuel García, de Movimiento Ciudadano— lo hizo el titular de la fiscalía electoral porque hay denuncias contra ellos que parecen serias. En una hasta recibió información de la Unidad de Inteligencia Financiera, de Santiago Nieto. Para evitar ruidos mayores, la fiscalía hizo un más que necesario anuncio, es decir, actuó con transparencia, lo que ha servido a los señalados para que preparen sus defensas jurídicas y hasta les ha servido para victimizarse y crecer como candidatos. Uno de ellos, Adrián De la Garza, llevó su campaña a la OEA, en Washington. El otro, Samuel García, ha sido muy hábil en sus mensajes a la gente de Nuevo León, a la que ha convencido de que lo persigue el presidente de la república, lo que no es exacto: Andrés Manuel solo ha pedido, ejerciendo el más elemental de sus derechos ciudadanos, que se investigue todo lo que parezca delito electoral.
De hecho, la principal perjudicada, y se nota en las encuestas rápidas que se han levantado, es la candidata de Morena, Clara Luz Flores. Lo que menos le convenía era verse como beneficiaria de una jugarreta desde el poder, algo absolutamente inaceptable para la sociedad nuevoleonesa.
José Agustín Ortiz Pinchetti solo ha hecho su trabajo. Demostrará en su actual cargo —nadie debe dudarlo— que sigue siendo el mismo demócrata ejemplar a quien tanto debe México. Un hombre de su calidad ética merece respeto. Ojalá lo entienda la familia Junco, cuyo periódico no se beneficia de las canalladas de un personaje ultraconservador como Juan Pardinas.
Aquí aplica la fábula del sapo que ataca a la luciérnaga solo porque esta brilla.
Fuente: Sdpnoticias.com
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