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LA QUIEBRA DE LAS EXPECTATIVAS
Noticia publicada a
las 04:47 am 30/03/20
Por: Juan Manuel Asai.
Las proyecciones sobre el comportamiento de los principales indicadores del turismo se revisan a la baja todos los días. Todavía faltan varias semanas para determinar una fecha del fin de la crisis y el cambio a una etapa de recuperación que será larga y tortuosa. De hecho, la caída mundial puede ser de 25 por ciento. A México todavía le faltan dos semanas para entrar a la llamada fase 3 de propagación de los contagios, de modo que la realidad es que no hemos visto nada todavía.
Se sabe que las principales compañías de cruceros anunciaron un paro de actividades en principio por un mes pero que podría ser por tiempo indefinido. México puede perder este año un millón de cruceristas. Según un mensaje del secretario Miguel Torruco en redes sociales, con respecto a la ocupación hotelera hay tres escenarios: el optimista es que al final de año habrá una contracción del 4.3 por ciento, el pesimista de menos 7.7, y un escenario conservador será de menos 6 por ciento de llegadas de turistas a hoteles.
El PIB turístico caería al 8.2, que seguiría siendo muy alto, pero menor al año pasado. Desde luego, cualquier plan de rescate requiere de una nítida voluntad política de ubicar al turismo como una prioridad para el Estado y eso, por desgracia, no parece ser el caso de la 4T. La realidad podría obligar a ver las cosas de manera distinta.
El turismo da respuestas generosas en el corto plazo. Eso es una realidad. Una buena e intensa campaña de promoción puede dar buenos resultados en seis meses. No hay que esperar años, sino meses y eso es la gran fortaleza, sobre todo porque la crisis no ha dañado la infraestructura instalada, que está intacta, y que sólo requerirá de una manita de gato para comenzar a recibir visitantes que gasten sus dólares o euros en el país y que reanimen la economía.
No olvido que, para que el regreso de los turistas sea posible, se requiere que puedan viajar a México, por eso no puede perderse de vista un plan de rescate de las líneas aéreas. Repito, lo que se necesita es voluntad política, ¿la tiene AMLO?
