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Juárez y la ciudadanía de Tehuacán
Noticia publicada a
las 03:20 am 21/03/20
Por: Rogelio Martínez DE LA Huerta
Benito Juárez no fue muy bien recibido en Tehuacán, porque no era el hombre poderoso al que los tehuacaneros pudieran admirar. Más bien era un hombre de ideas liberales que en ocasiones tocaron principios revolucionarios con los que enalteció la Patria Mexicana y merced a ello, hoy las doctrinas protestantes viven bien y en santa paz frente a su adversaria cruel y sanguinaria la iglesia católica.
Juárez se enfrentó a una situación grave, porque el México que recibió al tomar posesión de la presidencia de la República, estaba destrozado, toda vez que los conservadores , el alto clero, los hacendados, comerciantes y hombres ricos de la época no deseaban ningún cambio, porque serían perjudicados, pues gracias a la explotación y el engaño los pobres del país eran tratados peor que siervos y no se diga los indios a los que Benito Juárez defendió en su litigios cada vez que se ofreció para poder apoyarlos, cuando fueron víctimas de la crueldad caciquil y la infamia.
Varias veces pasó por Tehuacán, poco se sabe del trato preferencial que los ciudadanos de la tierra de las granadas, siempre acomodaticios, hayan prodigado al que sería futuro presidente de la República. Fue todo lo contrario, lo vieron como un indio sin valor y la muestra la dieron cuando prisionero de Santana fue confinado a una celda situada en el Complejo Cultural “el Carmen”, para que por espacio de dos meses y veintitrés días, nadie de Tehuacán lo visitara para no quedar mal con el “quince uñas” Antonio López de Santana, al que hasta la hijas le prestaron, muy aparte que durante el año y fracción que vivió en Tehuacán algunas señoras se le prestaron solas.
Cuando fue avisado por Antonio Machuca un tehuacanero que hizo un viaje maratónico de Querétaro a Veracruz, para notificarle que había sido capturado Maximiliano, Miramón y Mejía, Al pasar por Puente Colorado el carruaje y la comitiva de los triunfadores se desvió para visitar la ciudad de las aguas minerales NO MILAGROSAS, en donde como presidente los lambiscones, arribistas y logreros de siempre se pusieron de tapetes ante el triunfador de la guerra de Reforma y presidente de la República que les dijo algunas palabras, se reunió con sus liberales, cenó, descansó y al otro día muy temprano, salió para México sin despedirse de quienes, siempre oportunistas y carentes de principios se condujeron como gente amoral.
Conocí la celda donde estuvo preso Don Benito Juárez, fue mandada arreglar con pintura en sus paredes, rejas y sillas, cuadros alusivos a los momentos filosóficos del juarismo, algunos rifles, espadas y pinturas por instrucciones del Lic. Miguel Ángel Romero Calderón.
Alguna torpe instrucción hizo que nunca se haya abierto al público y se volvió a cerrar como si cegar la puerta y prohibir la entrada los liberara a cada grupúsculo de funcionarios y políticos, de la mancha de su politiquería mediocre. Un ejemplo vergonzoso es el de haber dejado atrás de las gradas al busto de Don Benito, para celebrar con una terrible mediocridad un festival internacional que es un mito, un alarde de vil pendejismo y que al final se frustró, porque el mito del corona virus dispuso de que se acabara tan absurdo festejo lleno de porquería comercial.
Como siempre, mientras Andrés Manuel el primer juarista de México, viajó a Guelatao en Oaxaca a rendir homenaje al Hombre Grande de la Reforma, en Tehuacán lo hicieron a un lado. Porque desde Felipe Patjane al último de los regidores no merecen un ápice de respeto, porque su ignorancia política, su falta de principios y su carencia de valor moral los hizo volver a cometer otro crimen contra Don Benito que ya está en la gloria de los grandes hombres del mundo y no lo digo yo, sino los grandes historiadores, poetas, literatos y pensadores de México.
Así es…