Noticia publicada a las 03:19 am 15/03/20

Por: Rogelio Martínez Huerta.

El primer Juarista de México se llama Andrés Manuel López Obrador, llevó como estandarte moral político a lo largo de 18 años el ideario político del hombre que insertó al País entre los pueblos más avanzados del mundo. Gracias a Don Benito Juárez, nuestra nación puede llegar a vivir en orden y legalidad; sim embargo la distancia por recorrer es muy larga y además de pesada, muy difícil;

porque la corrupción y la impunidad imperan en el gobierno de cada estado y del país en general.
Hay muchas mentiras sobre la enorme cantidad de hechos que escritores católicos han pergeñado sobre la vida y obra del gran Patricio mexicano, no disciernen con exactitud al político del Estadista. El caso Mac Lane Ocampo no fue firmado por Juárez, sino por don Melchor Ocampo, porque sabían que en Estados Unidos no se llevaría a efecto la ejecución de dicho plan por las condiciones políticas conflictuadas por la lucha armada de la Unión.
En el caso de “biografistas” que descreditan a Don Benito, cuando le señalan que asistía a misa hincado y con los brazos en cruz, es una mentira; porque pasan por alto que Juárez era un hombre culto, lector intenso, hablaba cuatro idiomas y sobre todo era un pensador profundamente reflexivo que sabía ver a distancia los resultados que en cada empresa acometía.
En una ocasión estando en Chihuahua le escribió a su yerno Pedro Santacilia que sus hijos no asistieran a escuelas de jesuitas, y que lo correcto era que se prepararan en colegios donde fuera la ciencia la que les mostrara el camino de la verdad.
Lo mismo sugirió para sus hijas a quienes les recomendó aprender el idioma inglés y asistir a colegios donde aprendieran matemáticas para apartarlas de la senda de la religión que tanto daña a las mujeres de esa y de esta época.
Juárez siempre abrió espacio para que fueran las doctrina protestantes las que ingresaran al país, porque cuando menos “conducían por la lectura a sus feligreses”. Caso contrario de la religión católica en la cual sus fieles no leen ni la Vulgata Latina que es la Biblia que ellos mal manejan.
Juárez ha sido es y será el faro y la Luz de un buen político que desea todo bien para su gente y en el caso de AMLO lleva las cosas por la ruta juarista, pero sus adversarios no lo saben, porque ignoran que para el Gran Luminar de América “primero eran los pobres”, que no era copartícipe de las venganzas y del manejo de las Leyes, pero sobre todo sabía que la Justicia se hace cuando los jueces no son venales ni corruptos.
En una ocasión un grupo de funcionarios cercanos a Juárez le solicitaron indulgencia para un preso de alta peligrosidad, concedió la petición, porque sabía que en POLITICA para los “enemigos ¡Justicia! Pero a los amigos justicia y gracia”. No sin advertirles que, la liberación del preso podría costar decenas de vidas y lo dejaba a su conciencia.
Juárez sabía que la política clerical es de traidores y lo vio cuando Maximiliano fue traicionado por el Alto Clero, porque se negó a derogar las Leyes de Reforma que le parecieron justas, porque ya había comprobado que los Altos Prelados eran ambiciosos, codiciosos y gustaban del poder que otorgan las riquezas terrenales.
Es por esto que como escribidor leo constantemente todo documento sobre la vida del hombre que le cambió la faz a este país, siempre traicionado, siempre humillado y lleno de aventureros de la política que odian lo bueno y prefieren las riquezas a la justicia.
Tehuacán seguirá en deuda con don Benito Juárez, mientras no haya gobierno municipal que habrá la celda para que dé a conocer la infamia cometida en contra del gran Presidente. Donde estuvo dos meses y veintitrés días prisionero de Antonio López de Santana. Empero nada se puede hacer, porque los gobernantes prefieren la deshonestidad que la claridad de acciones administrativas y estos que se van no son la excepción de la regla. Empero, la espada de la Justicia pende de sus cabezas… Que así sea si lo han ganado.

(Continuará…)

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