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El estilo caciquil no obsta, si peca de infantil…
Noticia publicada a
las 04:20 am 12/01/20
Por: Rogelio Martínez Huerta.
"El que tiene salud tiene esperanza, y el que tiene esperanza es dueño de todo": Proverbio árabe.
Llamar al pueblo para que le ponga nombre a una rueda, me parece además de infantil: absurdo. No podemos esperar nada bueno de quien no sabe de política y si de contubernios, negocios chuecos, transacciones y componendas como buen litigante.
Ya soportamos a Bartlett, quien con una educación en Europa, tuvo más calidad y estilo para gobernar, pese a que el priísmo conspicuo que lo caracterizó, rompió con su culturización en Paris y al final se retiró sin poner a su delfín popoloca.
Antes nos aventamos los caprichos de Mariano Piña que se dedicó a las transas, negocios chuecos y enriquecimiento explicable, mientras Alberto Jiménez Morales se apropió de los recursos del Estado muy a su manera de Torquemada político.
Melquiades Morales fue muy discreto, simplemente hizo negocios, metió a su familia en todos los puestos donde hubo dinero para ganar y se retiró a la chita callando, para seguir viviendo sabrosamente, saludando a diestra y siniestra a todo mundo, porque nunca enloqueció con el poder que manejó a discusión sabiendo como buen político, que el poder a los pendejos los enloquece y los convierte en caciques de utilería de ópera bufa.
Ahora, viene lo bueno. No se podrá hacer política cuando las encuestas enfatizan que uno de los gobernadores más rechazados de la nación es el de Puebla y no es por antipático, sino porque su estilo de gobernar es todo lo contrario a la norma conocida de respeto a las leyes, discreción en el uso del poder y capacidad para delegar las responsabilidades en funcionarios capaces. Lo que aquí sucede en Puebla es todo lo contrario y los testaferros del cacique son la antítesis de un gobierno democrático.
Empero, sobre todo esto, nos divertimos; porque somos un estado sufrido, abnegado, mocho, rezandero, confiado, pendejón y testarudo que sueña en que resucite Moreno Valle para que ponga en su lugar lo que ya está bien chueco. Pues aunque usted lector no lo crea a los poblanos les gusta que les pateen el trasero, siempre y cuando los divierta, como sucedió hace ocho años en que fueron felices con las aventuras del príncipe que se fue un 24 de diciembre volando al más allá. Muy aparte de que todavía la ciencia y la técnica no descubren cuán fue el método. Cosas del misterio de los criminales políticos.
Entre tanto bailan los enanos del pensamiento gubernamental…
En Tehuacán se organizan grupos de pseudo empresarios, revolucionarios del PRIANRD, gente de una izquierda que intenta sacar su cabecita del arcón de los recuerdo y rezanderos del PAN que andan disfrazados de Morenos, todos ellos exigen un presidente. No quieren (Eso me dijeron en mi “oficina” de Rayón) que sigan transando los regidores, no desean que estos cabrones se agandayen como lo están haciendo otros pinche oportunistas y misteriosamente exigen que sea Andrés Caballero el que rija sus destinos.
Aclaro para los que intenten pensar: No soy baúl de nadie, no soy gato de nadie, me vale madre lo que piensen familiares, hermanos, amigos y no tengo compadres, porque no soy mocho ni rezandero. Así que, ventilo a los dos puntos cardinales lo que pienso, opino y acepto, y si no están de acuerdo con este servidor, vayan mucho a chingar a su ma… Ya dije.