Noticia publicada a las 02:19 am 08/01/20

Por: Rogelio Martínez Huerta.

Un grupo de “campesinos” nylon de esos que cobraban la dádiva en el PRI morelense, se le fue encima a López Obrador con el objeto de tener cinco minutos de fama. Andrés Manuel que como politólogo conoce la técnica de la provocación no volteó, no los peló y siguió adelante porque nunca falta un pendejo que quiere ser famoso, así le partan media madre en un penal por imbécil.

Era uso y costumbre del PRI en especial, traer provocadores entre sus porras para reventar actos de la oposición, mítines contrariados y de paso, aparentar ante el público que el institucional era la panacea de todos los males. El vicio se ocultó tras el velo de la derrota y no quiere ver como cada día el tricolor se hunde más; muy independientemente de que el estilo ha quedado impreso en el PRD, en el PAN y en otros partidos que utilizan la bronca para hacer grande el relajo, armar desmadres y derrumbar la imagen de quien los puso ante la historia de México como simples marionetas de un sistema podrido que todavía se defiende desde la oscuridad.
Hace dos meses en unas elecciones chafas de Morena, algunos retrasados políticos llevaron golpeadores que miraban por ahí, por allá, como nadie los pelaba, nunca sacaron los fierros como queriendo pelear. Aparte de que el “tribilín”, echó por la borda las elecciones internas y quien ganó en todo Puebla, fue el cacique de horca y cuchillo, cuyo topil o mozo de estribo se alzó con una victoria a base de compra de votos y regalos para mitigar el hambre de los morenos miserables que lo siguen por la promesas que enarbola a nombre de su cacique amado.
AMLO es el presidente. La gente lo acepta como es, porque de Salinas a Peña ninguno tuvo la capacidad para acercarse a los grupos que lo esperan horas en los pueblos extraviados en la geografía mexicana. Les suelta rollos mareadores que si no se cumplen en su totalidad, cuando menos se oyen bien. En tanto que los otros espurios no solo eran muy pendejos para el verbo que carecía de contenido, sino además, no lo interpretaban los campesinos o habitantes otros de los pueblos.
Este modo de llegarle al pópulo llena de rencor, odio y coraje a los politólogos que egresaron de universidades de “extrangia”. Porque estos se siente tocados por la mano de Zeus, para dirigir los destinos de los pueblos. Lamentablemente son pendejos y les da güeva levantarse temprano, salir en camionetas, mucho les desagrada desayunar picadas, tamales, panuchos, chalupas y más en los pueblos de las orillas de las carreteras. Ellos se codean y hasta se rozan con grandes y peludos miembros, porque son la élite de la burguesía del poder, que ahora ya no tiene poder. Por eso aborrecen a López Obrador y lo quieren ver muerto.
Un día debatí con un master de la política, le dije que hay cambio en México. Horrorizado me recetó cuatro mil conceptos para demostrar que no hay una voltereta en la historia de este país y le demostré en varios segundos que sí. El cambio principal radica en que los neoliberales ya no están, se fueron a chingar su madre aquí en México y también en EE UU.
Sabemos que muchos funcionarios no son los mejores, pero AMLO desapareció al Salinismo y Trump el pinche viejo loco se quiere relegir a cambio de balazos y muertos, como ese es su problema me quedo con AMLO y veré como poco a poco, verso a verso, mañanera tras mañanera y chascarrillo tras chascarrillo, se las va desenvolviendo lentamente a los del PRI, a los del PAN y a los del PRD que lo odian a muerte. Los comprendo, que difícil es comer camote sin hacer gestos. Más sobre todo, deben de saber esperar otros treinta años y vemos… No lo olviden. www.sintesistehuacan.con ¡Compártala! Y Ya…

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