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PIRUJAS
Noticia publicada a
las 01:14 am 15/09/19
Por: Yuriria Sierra.
* Acción Nacional, por ejemplo, pedía su renuncia, cuando al aire tienen un spot en donde hablan del trabajo de sus legisladoras, pero el peso del mensaje lo lleva su presidente nacional, Marko Cortés…
Pirujas, “nalguitas”. Eso somos para muchos, no sólo para Mireles, no sólo para funcionarios y políticos. El escándalo no debe ser sólo porque hablamos de la función pública.
El escarnio debe ser por la urgencia en el cambio de discurso de la psique masculina e, incluso, femenina. Porque no sólo es en México. El machismo es una molécula presente en el aire que se respira en cualquier parte del mundo. Y de muchas formas, en tantas, que la mayoría nos pasan desapercibidas.
José Manuel Mireles tomará un taller sobre igualdad e ideología de género. Y, ¿quién pensó que alguien que se ha ostentado como un aliado de la causa feminista lo necesitaría? Así de mimetizado está ese peligrosísimo discurso que se valida a través de actitudes y frases “inofensivas”, pero que se muestra en su totalidad con crímenes mortales. Ojalá que más que un curso breve, esto sea pretexto para volver este tema un área activa y permanente dentro del ISSSTE, en cualquier otro brazo de la función pública y, claro, en la iniciativa privada. Porque tan reprobable fueron los dichos del subdelegado del instituto, como muchas de las reacciones que lo descalificaron por motivos distintos a la convicción. Acción Nacional, por ejemplo, pedía su renuncia, cuando al aire tienen un spot en donde hablan del trabajo de sus legisladoras, pero el peso del mensaje lo lleva su presidente nacional, Marko Cortés. Y en este mismo anuncio, subrayan la importancia de darle voz a las mujeres, pero son los primeros en oponerse al derecho a decidir. Hace un año, uno de los suyos era el centro de la polémica: al senador Ismael García Cabeza de Vaca, lo cacharon enviando mensajes misóginos en plena sesión: “Pásame el cell (sic) del padrote, que ya me la quiero zumbar...”, escribía sobre una joven quien, además, tuvo que aclarar que no se dedicaba al trabajo sexual. Hace apenas unos días, su asamblea estatal en el Estado de México estuvo amenizada por jóvenes mujeres con escasa ropa. Y así como el PAN, lo mismo el PRI, Morena, el Verde. Así como los partidos, las marcas, los equipos deportivos. Y aunque la iniciativa privada también debe obligarse a mejorar su línea discursiva, un sector ya lo ha hecho, quienes trabajan en el servicio público tendrían que volver a esto una de sus responsabilidades, porque al no hacerlo están llenando ese costal de razones que incentivan la discriminación y el mensaje misógino que, sabemos, provocó la tipificación del feminicidio: el asesinato de una mujer por su condición, justamente, de mujer.
¿Les parece exagerado? Recordemos estas joyas de exfuncionarios:
“El 75% de los hogares de México tienen una lavadora, y no de dos patas...” (Vicente Fox, PAN).
“No soy la señora de la casa...” (Enrique Peña Nieto, PRI).
“Es el Día de la Secretarias cuando los hoteles se llenan...” (Joel Ortega, PRD).
“La tierra es como las mujeres, hay que trabajarlas, hay que abandonarlas, hay que darles cariño necesario para que produzcan productos sanos y buenos...” (Salvador Arellano, PRI).
“Todas las leyes tienen lagunas, y como se dice, desgraciadamente, las leyes, como las mujeres, se hicieron para violarlas...” (Alejandro García, PRI).
“Necesita un terapeuta, pero sexual porque se ve que está mal atendida...” (José Juan Espinosa Torres, Morena).
“Las mujeres deben pensar antes de abrir las piernas...” (Héctor Alonso Granados, Morena).
Porque lo peligroso de estas frases es que con ellas en la psique es que configuran leyes: las que otorgan derechos, las que castigan cuando éstos no son respetados. Y si desde el Estado no nos sacudimos este discurso, ¿cómo podremos aspirar a convertirnos en una sociedad realmente igualitaria?