Claudia Guerrero Martínez
"ENTRE LO
UTÓPICO Y LO VERDADERO"
Gilberto Nieto Aguilar
"LIBERTAD
Y EDUCACIÓN"
Martín Quitano Martínez
"ENTRE
COLUMNAS"
Evaristo Morales Huertas
"VERACRUZ
EN LA MIRA"
Luis Hernández Montalvo
"MAESTRO
Y ARTICULISTA"
César Musalem Jop
"DESDE
LAS GALIAS"
Ángeles Trigos
"AIDÓS
Q DíKE"
La mujer es lo más bello de la vida, cuidemos de ellas...
Educación: La reforma en su laberinto
Noticia publicada a
las 03:24 am 30/06/16
Por: Ricardo Rocha.
Ahora resulta que todo el gigantesco margayate de la reforma educativa es un problema de mera gramática. Es decir, de llamar a las cosas por su nombre. Así de simple.
Tan sencillo que hubiera sido decir en su momento que en vista de los inaceptables anomalías y abusos en que incurría la CNTE en varios estados del país —sobre todo en Oaxaca donde mandaba—
el gobierno aplicaría un programa de ajustes administrativos y laborales para imponer la ley y el orden. Para empezar, restituyendo al estado los institutos educativos y aplicando medidas disciplinarias a quienes se dedicaban a agitar con marchas y bloqueos incluyendo, por supuesto, la Ciudad de México.
Pero no. En cambio estas medidas fueron presentadas como la gran reforma educativa que necesitaba el país. Así que muchos nos planteamos desde entonces varias interrogantes hasta ahora sin respuesta: ¿Cuál el plazo y el alcance para implementarla? ¿Cuál el modelo educativo propuesto para la nación? ¿Qué expertos y académicos participaron en su diseño? ¿Debíamos optar por un modelo preferentemente humanista u otro que privilegie la tecnología? ¿Consideraría por ejemplo ajustes especiales para las regiones más pobres y marginadas del país? ¿Abatiría el rezago de seis millones de analfabetas? ¿Deberíamos reescribir los tan cuestionados libros de texto gratuitos? ¿Qué importancia daríamos al civismo, a los valores patrios, la moral pública, la lucha contra la corrupción y el respeto a las minorías y los derechos humanos?
Todavía más: ¿estaría dispuesto el gobierno a dar el paso histórico —como lo hicieron Singapur y otros países del área— para cortar de tajo todo gasto superfluo y destinar a la educación el 21 por ciento de su presupuesto anual, y no el magro 6 por ciento recomendado por la ONU, y así transformar su destino? A propósito, estando por allá hace pocos años les pregunté cuál era el principal problema de un país tan envidiablemente próspero: me respondieron que el diseño educativo para los próximos 50 años. A mí me dio vergüenza decirles que nuestro principal problema es que por ese entonces nuestra secretaria de Educación andaba de la greña con la líder de los maestros y que como escuinclas malcriadas se sacaban la lengua en los actos públicos.
A ver: el país está en vilo porque no se ha podido apaciguar la rebeldía de la CNTE que se niega a perder los privilegios que hasta hace poco le prodigaron los gobiernos Federal y estatales; para ello organizan aquí y allá marchas, plantones y bloqueos que ya han cobrado una decena de muertos y cientos de heridos. La causa es la de siempre: Negarse a una reforma que los estigmatiza como los únicos culpables de un vergonzante atraso educativo en la mayor parte del país.
Como el gobierno logró elevarla a rango constitucional, afirma una y otra vez que ni la reforma ni la ley se negocian. Así que la pregunta obligada es ¿qué es lo que se está negociando en la Secretaría de Gobernación? Porque las frases después de las maratónicas sesiones no ayudan mucho al optimismo: “…se acordó la creación de diversas mesas y se hace un llamado a la corresponsabilidad para que haya condiciones de estabilidad y tranquilidad”; del otro lado: “…no hay avances, pero se construyen las rutas entre ambas partes para dar solución al conflicto”.
Así que: ¿cuánto tiempo más de palabras que no dicen nada?