Noticia publicada a las 04:22 am 29/05/16

Por: Gerardo Hernández.

El proselitismo político devino en guerra de estiércol. Si en el pasado la opción era elegir al menos malo, hoy ni eso. Pocos candidatos se salvan de la hoguera del descrédito y de la inquina social. Sus partidos y ellos mismos lo saben. La lucha por el poder se ha convertido en competencia de cínicos, cuando no de criminales. En la edición 536 del bisemanario Espacio 4, Gerardo Moyano trata sobre la inminente renovación de gobernadores en 12 estados:

“Las elecciones locales del próximo 5 de junio estarán fuertemente marcadas por dos factores: 1) el aumento de la violencia (criminal y electoral) y 2) la desaprobación del presiente Enrique Peña, quien atraviesa el peor momento desde que inició su sexenio. Ambos componentes no sólo modifican el escenario electoral de este año, sino que podrían ser decisivos para la sucesión presidencial de 2018. En especial para el PRI, pues de perder el control de los estados más importantes, se jugaría su permanencia en Los Pinos.

“En este contexto, quien más tiene que perder es el líder priista y potencial candidato presidencial Manlio Fabio Beltrones, a quien se le sigue complicando un proceso que parecía tener en la bolsa.

“El PRI gobierna nueve de los 12 estados que renuevan gubernaturas: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. De ellos, cinco no conocen la alternancia: Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz. La alianza PAN-PRD gobierna los tres restantes: Oaxaca, Puebla y Sinaloa (todos con expriistas, Espacio 4 526). Baja California sólo renovará ayuntamientos.

“En un principio, el PRI apuntaba a mantener igual número de gubernaturas, cediendo una o dos (Tlaxcala y Aguascalientes) y recuperando la misma cantidad, pero de mayor peso (Sinaloa y Oaxaca). Sin embargo, una fallida estrategia de guerra sucia y la violencia desatada en los últimos meses en varias de las entidades con elecciones, sumado al descontento generalizado con el gobierno de Peña (por la crisis de derechos humanos y el pésimo desempeño de la economía), le ha complicado el escenario en otros cinco estados: Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Durango y Zacatecas.

“Incluso perdiendo sólo Veracruz, donde el desgobierno de Javier Duarte le allana el camino a la alternancia, el PRI llegaría a 2018 sin el control de seis de los siete estados con mayor padrón electoral: Ciudad de México, Veracruz, Jalisco, Puebla, Guanajuato y Nuevo León. Sólo mantendría la entidad más poblada del país: Estado de México, que tendrá elecciones locales el año próximo, junto con Coahuila y Nayarit.

“Pero no sólo el PRI estará a prueba el 5 de junio. También el PRD, que el año pasado perdió con Morena el 60% de los votos captados por la izquierda en las elecciones federales de 2015. El PAN corre el riesgo de perder terreno en Oaxaca y Puebla, pero puede ganar en otros estados.

“Movimiento Ciudadano y Morena también pueden avanzar. Si bien el primero no tiene posibilidades de obtener una gubernatura, sí las tiene de cosechar más frutos del éxito que tuvo el año pasado en Guadalajara –especialmente en Sinaloa– e incluso de desplazar al PRD como cuarta fuerza política nacional. Mientras que Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, tiene oportunidad no sólo de aumentar los votos que obtuvo en su debut del año pasado, sino de hacerse con el control de Zacatecas, primer estado que gobernaría bajo sus siglas”.

Fuente: Zócalo de Saltillo.

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