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Aniquilan a sus adversarios para demostrar poder: senadores
Noticia publicada a
las 04:20 am 29/05/16
Por: Andrea Becerril.
México se encamina cada vez más a un Estado policiaco militar, con un Ejército dedicado a matar, como señala la investigación realizada porThe New York Times (NYT), advirtieron senadores de PRD y PT, y resaltaron que la situación se agravará aún más con las nuevas facultades para investigar delitos y realizar tareas de inteligencia que tendrán las fuerzas armadas.
El coordinador de los senadores del PT, Manuel Bartlett, y los perredistas Dolores Padierna, Miguel Barbosa y Alejandro Encinas resaltaron que es imprescindible que el Ejército deje las calles y regrese a sus cuarteles, dadas las violaciones de derechos humanos cometidas y el desprestigio para la propia institución castrense.
Coincidieron en que lo expuesto ha sido denunciado de forma recurrente por la izquierda y grupos defensores de derechos humanos. “Tiene razónThe New York Times cuando habla de que las fuerzas armadas mexicanas son expertas en matar y acuden a ejecuciones sumarias y que prevalece la impunidad, como en el caso Tlatlaya”, recalcó Bartlett.
Los militares mexicanos son excepcionalmente eficaces para matar, como apunta el NYT, porque lo hacen no sólo contra la delincuencia organizada, sino contra la población desarmada, recalcó.
Padierna expuso que el Ejército llega no sólo a repeler agresiones, sino a ejecutar, y por eso el número de muertos es muy alto. Aunado a ello, dijo, los casos de abusos y violaciones a derechos humanos denunciados no se investigan o quedan en la impunidad, por lo que los militares siguen actuando igual.
Lo publicado en el NYT da cuenta de que el Ejército mexicano está entrenado para aniquilar, no para conciliar y menos para mantener criterios de negociación, ya sea con la población civil o con delincuentes, expuso Encinas.
Además, agregó, aplican códigos que deben ser erradicados, como asumir medidas ejemplares cuando hay un ataque a las fuerzas armadas y demostrar tal posición de fuerza y poder que aniquilan a sus adversarios, como en Tanhuato, donde ultimaron a todos los presuntos delincuentes, o en Tlatlaya, donde estando ya sometidos, fueron ejecutados a mansalva.