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¿Analfabeto religioso?
Noticia publicada a
las 05:36 am 13/02/16
Por: Tomás Mojarro.
¿Lo es el mexicano y por eso se vuelca en el rito, la ceremonia, la apariencia y no más? En cuanto a su fe y prácticas religiosas lo establecía el vocero de la Comisión Doctrinal de la Conferencia del Episcopado Mexicano:
-El 80% de la población católica mexicana no es practicante. Sólo 20% está apegado a la Iglesia Católica.
(Al día de hoy, esa cifra de practicantes ha descendido en casi un 20 por ciento).
Por cuanto a su religiosidad, los obispos Genaro Alamilla y Felipe Arizmendi coinciden: “el mexicano es un analfabeto religioso. Es muy doloroso reconocerlo, pero la Iglesia católica debe reconocer que se ha olvidado de orientar a los feligreses sobre el verdadero sentido del cristianismo. En vez de impartir adecuadamente la doctrina, sólo ha privilegiado el culto. La Iglesia no ha ejercido la capacidad de enseñar adecuadamente la doctrina católica porque ha preferido dedicarse sólo al culto, provocando con ello que México sea una nación de analfabetismo religioso. De nada sirve que haya muchas misas, rosarios, imágenes de santos y procesiones, si el pueblo no conoce el significado de la cristiandad, y no respeta los 10 Mandamientos.
“Los mexicanos viven estos días con una gran ausencia de Dios. Se preocupan por las vacaciones, las fiestas, la diversión, pero no van a la iglesia, no se confiesan ni comulgan, no participan en las celebraciones ni leen la Biblia, no corrigen sus malas costumbres, y al terminar estas conmemoraciones su vida sigue igual o peor. Por no invocar el nombre del Señor, y por desobedecer sus mandatos, muchos se hunden en el precipicio. Muchos, ya marchita su esperanza, nada esperan de su vida, su familia, los partidos, la autoridad y hasta de Dios. Por ello se desenfrenan en vicios, impurezas, orgías, tratando de ahogar de alguna forma su vacío interior. Muchos aspectos de nuestra realidad nos causan repugnancia y nos avergüenzan como mexicanos. Parecen un trapo asqueroso que no quisiéramos ver ni tocar. Hay hechos que nos causan repugnancia, maldades que se suceden como en torbellino impetuoso y arrollador, pecados que se desencadenan en forma irrefrenable”.
La Arquidiócesis de México: “Muchos mexicanos llevan la religión católica a nivel muy superficial. No conocen la Biblia, no conocen los dogmas, no conocen los sacramentos de la Iglesia. Ellos ven alguna corrupción del sacerdote o sienten la soledad y se apresuran a transitar por otros grupos, como evangélicos o pentecostales”.
“Otros grupos”. Los evangélicos, por ejemplo, a quienes se refería un García de la Fuente, ecologista: “esos llegaron con mucha fuerza a diversas regiones de Oaxaca. Les dicen a sus agremiados que ellos son superiores, que deben ver por su prosperidad económica antes que cumplir con el diezmo para ‘fiestas paganas’. Hacen reuniones con magnavoz, se ponen a cantar y todo eso, y cuando ya están todos extáticos, entonces viene ¡la palabra del Señor! Así hacen propaganda y venden no una religión, sino una manera de vivir a la gringa”.
Los evangélicos se defienden: “nosotros no aspiramos a grandes congregaciones, sino a desarrollar el concepto de comunidad y esto parte de la reforma luterana, donde la Iglesia debe estar con su pueblo”. (¿?)
¿Prohibir ese proselitismo? No hay que prohibirlo, que eso llevaría al régimen autoritario. “Si le das prioridad al derecho de la comunidad permites que ésta viole los derechos del individuo, y así creas dolor, sufrimiento y muerte. No prohibición”.