Noticia publicada a las 02:33 am 09/10/15

Por: Fermín Alejandro García.

PUEBLA, PUE.- El morenovallista Luis Maldonado Venegas logró –de última hora– colarse en la presidencia de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados en medio del rechazo de un número importante de legisladores de su propio partido, es decir el PRD, y gracias a una traición fraguada por el vicecoordinador de la bancada,

Guadalupe Acosta Naranjo, quien ignoró los cuestionamientos contra el ex secretario general de Gobierno de Puebla.
Maldonado fue propuesto la semana pasada y parecía estar firme en ese cargo, pero en los días siguientes varios legisladores, sobre todo los que están vinculados a movimientos sociales, empezaron a cuestionar severamente al legislador por Puebla, al señalar que es el autor de la llamada “Ley Bala”, de permitir la opacidad en el gobierno de Rafael Moreno Valle y de haber sido quien instrumentó la represión contra una larga lista de activistas.
Con base en esos antecedentes se estableció en el seno de la bancada perredista que era una incongruencia mayúscula del PRD, pero sobre todo una decisión peligrosa, que un personaje con esa oscura reputación se haga cargo de la comisión que avala los resultados de las auditorías aplicadas al gasto público que se hace en todos los estados del país con recursos de la Federación.
Por eso el lunes ya se tenía tomada la decisión de que Maldonado tenía que ser removido de la propuesta de la comisión en cuestión.
Lo que llamó la atención es que el ex secretario general de Gobierno mostró una absoluta debilidad para proteger su posición en la Cámara de Diputados, ya que no pudo negociar para frenar la ola de críticas que se desató en su contra.
Dicha situación pone en evidencia que es un invento la versión de que Maldonado tiene una sólida relación con grupos de la izquierda mexicana, tal como el funcionario presumía, a propios y extraños, cuando era funcionario de la administración morenovallista.
Ese cuestionamiento contra Maldonado provocó que el lunes de esta semana el PRD no pudiera definir las presidencias de las siete comisiones que le toca encabezar en la Cámara de Diputados, situación que se reflejó al día siguiente, ya que en la Gaceta Parlamentaria se publicó la conformación de todos los órganos colegiados, menos los que corresponden a la bancada perredista.
Se dice que una llamada telefónica desde Casa Puebla a los líderes de la corriente Nueva Izquierda, que protege a Maldonado, pero principalmente a Guadalupe Acosta Naranjo, es lo que posibilitó levantar el veto que ya se había construido en torno al morenovallista.
Guadalupe Acosta Naranjo es un legislador que se separó de la corriente Nueva Izquierda, mejor conocida como el grupo de “Los Chuchos”, y formó su propia expresión.
Cuando se conformó la fracción del PRD, Acosta Naranjo abandonó a “Los Chuchos” y fue a negociar con la expresión Alternativa Democrática Nacional (ADN) para que esta corriente se quedara con la presidencia de la bancada y se desplazara de esa responsabilidad a Nueva Izquierda.
A cambio de ese arreglo, Guadalupe Acosta negoció que a él le tocara la vicecoordinación de la fracción parlamentaria.
Hasta la semana pasada, Acosta Naranjo se había mostrado receptivo en las críticas contra Luis Maldonado, pero la intervención del gobernador de Puebla lo hizo cambiar de última hora.
Entre el lunes y el martes, cambió su posición Guadalupe Acosta e ignoró los cuestionamientos contra Maldonado, para que junto con los legisladores de Nueva Izquierda se unieran y mayoritearan la designación del ex secretario general de Gobierno de Puebla en la presidencia de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación.
¿Qué les ofreció el gobernador a cambio de que dejaran pasar a Luis Maldonado en la comisión en cuestión? Por ahora será complicado saber el costo de esa negociación, pero seguramente hubo muchas prebendas en juego para que los perredistas permitieran el acceso a Maldonado Venegas a uno de los órganos más importantes de la Cámara de Diputados.
Esta situación vuelve a desnudar que el PRD es un partido incongruente, mercenario y que ya perdió por completo su talante de izquierda.
El PRD seguramente en algún momento va a pagar los costos de dejar a Maldonado en la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, de la misma manera en que sufrió un desprestigio por haber postulado a José Luis Abarca como candidato a edil de Iguala, Guerrero, pese a los antecedentes que había de este personaje con las familias que controlan el narcotráfico en esa entidad.
Eso quiere decir que el PRD sigue siendo como un Uróboros, que es la serpiente que se muerde la cola.

Fuente: Jornada de Oriente.

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