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La relación entre ciencias sociales y políticas públicas: la historia

Noticia publicada a las 03:55 am 05/07/15

Por: Agustín Escobar Latapí.

Para explorar el futuro de la relación entre ciencias sociales y políticas públicas en México no hay nada más aleccionador que la historia. Una administración pública efectiva (que cambia la realidad en el sentido deseado) y eficiente (que lo hace con los recursos mínimos necesarios para cumplir con su fin), requiere de las ciencias sociales.

Pero exactamente cómo lo hace, con qué tipo de relación técnica, política y cultural con las ciencias sociales, y con qué fines “de Estado” (cambiar la sociedad para liberarla, dominación burocrática, apoyo a la acumulación, “inteligencia” política, reproducción de la maquinaria estatal) es algo profundamente debatible. Y más aún si se exploran las estructuras de poder y dominación comparativamente pequeñas (por contraste con las políticas o las económicas) del mundo académico.
Las visiones que han guiado la producción de conocimiento académico para influir en la acción del Estado —o para servirle— han sido motivo de apertura y cierre de instituciones y asociaciones, de deportación o exilio, de modificación de subsidios, y explican los poderes unitarios-autoritarios o plurales que dominan en mayor o menor medida sobre distintas ciencias sociales en distintos puntos del tiempo. Como lo afirma Aguilar en este volumen, dichas visiones y dicha relación alteran también la producción de conocimiento social.
Se corre un escaso o nulo riesgo de exagerar al decir que hay en México diferencias importantes en las ciencias sociales entre las distintas comprensiones de la relación entre conocimiento social (político, cultural) y Estado, encarnado en la discusión entre ciencias sociales y políticas públicas. A partir de la reconstrucción iniciada en 1920 y hasta los años setenta, en México se planea, establece y dirige un modelo de política pública en estrecha consonancia con un modelo de conocimiento social. Pero ese periodo ya no existe, y la relación actual es bastante más compleja.
Al terminar el conflicto armado revolucionario, un pequeño conjunto de jóvenes intelectuales, profesionales de leyes, antropología, medicina y sociología colaboran entre sí y con la Secretaría de Instrucción (después Educación) Pública para refundar la Universidad Nacional, reunir en ella diversas escuelas existentes, y crear en su seno un instituto que produjera, reuniera y sintetizara el conocimiento de los problemas nacionales.
A diferencia de los grupos profesionales en ciencias sociales de las escuelas evolucionista y positivista de fines del siglo XIX, esta nueva elite, y en especial Daniel Cosío Villegas, Manuel Gamio, José Vasconcelos, Lucio Mendieta y Núñez y Alfonso Caso, plantearon que el conocimiento social tenía la misión de definir, observar, ponderar y explicar, problemas que debían ser tomados por el Estado para recibir atención prioritaria y ser superados. El diagnóstico o el gran lienzo de la diversidad nacional (étnica, racial, social o económica) por sí mismo no tenía sentido. Solo con el acto de juzgar el diagnóstico desde el punto de vista del cambio necesario, éste adquiría importancia nacional, y solamente así se podía justificar el esfuerzo fiscal y humano, en un país apenas convaleciente, de fundar y fortalecer instituciones relativamente privilegiadas (Roberts, González de la Rocha y Escobar, 2013).
El Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional fue creado en 1930. El periodo 1930–39 fue de penuria económica y su contribución institucional al
desarrollo de México ha sido prácticamente olvidada. Pero a partir de 1938-39 esta institución, junto con otras facultades de la UNAM (en particular derecho y economía), el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Casa de España en México y un manojo de otras instituciones capitaneadas por una elite académico–política aún más restringida, persistente y autoritaria, definió los principales problemas nacionales e influyó decisivamente en la creación o reestructuración de instituciones estatales, para superarlos y lograr el desarrollo del país.
En suma, desde fines de los años veinte del siglo pasado hasta algún momento de los años sesenta, la relación entre ciencias sociales y política pública fue explícitamente orientada por esta elite que gobernó, tanto las secretarías como los institutos, y que en ambos tipos de institución dirigió el sentido del conocimiento. En ese periodo las ciencias sociales no informaron al Estado para que el Estado decidiera: lo educaron, lo orientaron, y se hicieron cargo de los programas e institutos que debían desarrollar al país. No era aceptable cuestionar el contenido valorativo del conocimiento, aunque sí lo era el valor específico de un problema o de una política. Sin embargo, el debate era aceptable solo en círculos relativamente estrechos. La incipiente política partidaria de los años treinta y cuarenta contaba con pocas herramientas, adeptos y permisos para intervenir en la discusión de los asuntos públicos y para hacer públicas sus visiones alternativas de nación. Las escuelas universitarias formaban profesionales con una función social específica. Los medios impresos y la radio podían ser ambientes de debate y reflexión, pero no era rara la censura.
Aunque este bosquejo simplifica la situación, hay consenso sobre el propósito que daba sentido, extensión y forma al conocimiento social en esa época, el cual concluye por una conjunción de fenómenos. La expansión del mundo universitario hizo posible que la reflexión social desbordara los límites de “los problemas nacionales” definidos por un grupo restringido de intelectuales revolucionarios. La proliferación de instituciones de educación superior en las principales ciudades del país y las debidas a la iniciativa de grupos empresariales y religiosos, condujeron a una pluralidad de visiones sobre la sociedad, la economía, la vida política y sus respectivas carencias.
Las disciplinas evolucionaron como visiones de mundo sustancial o parcialmente incompatibles, a veces por razones nada académicas. Y finalmente, la crítica del poder surgida desde la izquierda universitaria mostró que el Estado, que se definía como pro-socialista y de izquierda, era mucho más Estado que izquierda. Defendía su poder por sobre todas las razones, cosas y personas.
Si bien estas tensiones irrumpieron en la conciencia nacional en 1968, marcaron la siguiente década con negociaciones, enfrentamientos y escarceos. Sin embargo, los mecanismos de financiamiento y de gobierno de las universidades y de la actividad científica, se estaban abriendo y democratizando. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) creó mecanismos de financiamiento para la investigación sobre la base del mérito exclusivamente científico de las propuestas y con una creciente influencia de los grupos de pares en las decisiones. El criterio de la administración pública como determinante de la actividad científica se debilitó.
El inicio de los años ochenta coincidió con la mayor crisis económica y fiscal en el país. Aunque hubo una disminución sustancial de los fondos para las universidades y del valor real de los salarios, el Estado mantuvo su compromiso con el desarrollo de la educación superior y de la ciencia. El Sistema Nacional de Investigadores compensó una parte del salario perdido, pero en condiciones de evaluación de pares y de estímulo a la productividad, que si bien otorgan fuerza a los cuerpos académicos, no han dejado de ser cuestionadas.
El texto es un extracto del volumen 5 de la colección Hacia dónde va la Ciencia en México. Edición del Conacyt, la Academia Mexicana de Ciencias y el Consejo Consultivo de Ciencias.
El autor es director del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

difusion@ccc.gob.mx

Fuente: Crónica.

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*** SINOPSIS INFORMATIVA ***

ALGUNOS TIPOS DE GOBIERNO NO CAMBIARÁN...
No ganó el PRIAN pero algunos gobiernos a pesar de ser de "MORENA", están pintados de azul o rojo, más no de guinda. Pero esperemos que el Presidente AMLO logre su plan de austeridad en toda la república, porque en algunos municipios aún se dan el lujo de gastar y robar los recursos a manos llenas a espensas del pueblo.

FUTURO INCIERTO PARA TEHUACÁN
En panorama económico para la ciudad de las granadas es fatal, en primera porque no hay inversionistas que deseen arriesgar su capital de forma seria y lo que sobra son especuladores, o dueños de capitales golondrinos que llegan “lavan” y se van a realizar la transa en otros países o Estados de la República.

SÍNTESIS DE TEHUACÁN
Este medio digital cumplió 17 años en esta gran lucha por informar a Tehuacán y alrededores, aún más allá de donde nuestra vista alcanza hemos logrado obtener lectores hispanos en otros países tanto en este continente como del otro lado de las aguas... hemos recibido críticas, amenazas, despojos y demás pero es muy fácil escribir sin firmar sus letras o incluso hablar detrás de un anónimo, a ellos agradecemos que nos tomen en cuenta, pero más a los que nos brindan su preferencia y se suman a la gran cadena de los que quieren saber un poco más cada día. Síntesis de Tehuacán les desea salud, trabajo y nuevas experiencias hoy y siempre.

POLÍTICA A LA MEXICANA
Sé que Morena es la promesa de la transformación de la política en el país, el Estado y la ciudad, porque sugiere una transformación de modelo económico. Pero después de la muerte de Barbosa y la llegada de Céspedes Peregrina a la Gobernatura de Puebla dejará mucho que desear puesto que es un mundo de latrocinio y simulación disfrazado de trabajo, el cual esperemos se termine a la salida del antes mencionado. Ya rendirán cuentas cada uno de los barbosistas al finalizar su supuesta gestión.

NO HAY CAMBIO CON POLÍTICOS CORRUPTOS Y MOCHOS
Un gran periodista que fue don Roberto Blanco Moheno dijo que: “para lograr transformaciones firmes, había que romper con los arcaicos moldes”. Y de esa manera tituló a su columna por el tiempo que la escribió.

EL PESO
El peso se ha fortalecido frente al dólar en su cotización oficial en lo que va de la gestiòn de AMLO. Esperemos termine mejor en este sexenio y veamos que nos depara con el sucesor.

YA 4 AÑOS...
Este año 2023, se cumplen enormes logros con pensiones y apoyos que quedaron grabados en la constitución. Algunos locos ya comen ansias por iniciar formalmente sus campañas, sin saberlo deberán esperar casi un año para presentar sus propuestas a Andrés Manuel en su Proyecto de 2024, pero el ya tiene en mente una buena jugada para ese entonces.

Alberto Cortez: "Arriba la vida...".

Estos libros recomienda el STAFF de Síntesis Tehuacán para ilustrarse acerca de lo que pasa en la actualidad.

 

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