Noticia publicada a las 02:59 am 17/09/14

Por: Rogelio Martínez Huerta.

*A ver… ¿8 millones de firmas y el PRI no llenó el zócalo con acarreo?

MEXICALPAN DE LAS TUNAS.- Hace muchos años, un presidente de la república mexicana era respetado, respetable y respetuoso. Nunca se le hubiera ocurrido andar saliendo en las revistas rosas o del corazón, porque si algo tenían, era que se conducían como machos, aunque a muchos en la actualidad la palabra les cause urticaria.

Era la época, en que llegar a la presidencia, representaba aceptar un compromiso de equilibrio, porque en la figura del ejecutivo, estaba representado el sostén de la patria y sobre todo, de su estabilidad económica y social.
Pasaron los años y partir de miguel de la Madrid se entronizó una secta o cofradía que se dio en llamar de la mano caída. Lo que quiere decir que para pertenecer a esa organización se tiene que tener gusto por el mismo sexo y además, entrar en prácticas aberrantes. Porque el que no es pederasta es pedófilo y en un noventa por ciento le meten a los paraísos artifíciales, porque andan nerviosas o nerviosos según el momento y el personaje.
Al cambiar de gustos y tendencias, le entraron a los requiebros de la moda y desde lópez portillo se empezaron a hacer “maniquiur y pediquiur” y a los baños públicos, entraron a buscar amores furtivos que los hicieran felices, porque el chiste es andar de cacería y no radica en tener un mancebo de planta.
Con el cambiazo vino la debacle, porque a los mitad hombres y mitad mujeres EN CUANTO A LA ILUSIÓN PLACENTERA, no le importa ni la imagen, ni la moral, ni la vergüenza. En sí, la perdieron cuando le entraron a la salida del closet, quizás ahí radica la razón de que al país se lo esté llevando la fregada en todos los planos.
Y para colmo a la caterva de la cofradía la encuentra usted en todos los partidos y ha llegado a tal grado la desvergüenza que al jotismo, algunos lo consideran virtud. Razón por la que se estimulan la gracia entre sí y para sí, contando para ellos con la corrupción de los medios, de la tele y de la radio. Porque el joterío se encuentra en todas al altitudes, latitudes y nadie los para cuando de tenebrear se trata.
Hay estados donde la virtud de la jotería política es mayor que en otros. Y estaría bien que la rara virtud la practicaran para ser felices ellos. Pero no, se reparten los amantes, los puestos, las canonjías, las prebendas y entre grupos se han ido acomodando, trepando cada día más alto en la escala de poder del sistema político mexicano y ahora que, ya están en la cúspide ni como bajarlos a menos que se armara una revolución.
Lamentablemente las armas las cambiaron por televisores, computadoras, Etc. Y el pueblo inerme, requiere más de comida que de pleitos y con eso de que los partidos de izquierda ya andan joteando también, pues uno no sabe quién es quién, cuando de hacer política se trata.
Vea el caso de los “chuchos”, primero se fueron con el PRI a hacer transas y le pusieron a esta deslealtad “política moderna”. Después de que se repartieron el botín a esto lo llamaron equilibrio de fuerzas y cuando pusieron al par de marionetas aureoles y barbosa en las mesas directivas del congreso y del senado, lo calificaron de evolución democrática. Cuando lo único que son, el par de pseudoizquierdistas, es el ser groseramente títeres al servicio de peña nieto, quien los ve de reojo y de gusanos serviles no los baja. Porque en realidad eso son. Es decir los usan para que peña nieto dé una apariencia de gran demócrata, cuando sabemos que llegó a la presidencia por la puerta de atrás.
¿No es esto una gran jotada contra el pueblo mexicano, cuando disfrazados de socialistas una cosa prometieron y otra hicieron? ¿No es una gigantesca putada, que se hayan servido de la pobreza de la gente para hacer política y cuando se encumbraron lo hicieron para, como las putas venderse al mejor postor olvidando sus compromisos contraídos?
Pues estos cabrones, por traidores también pertenecen a la cofradía de la mano caída, porque se cayeron de la izquierda y fueron a dar maromeando en la derecha. Lo que significa una traición al pueblo que los considera ¡Putos y ojetes! Y lo malo es que el calificativo los alcanza desde Alaska hasta la Patagonia. Si lo dudan pregunten al pobrerío quienes son los funcionarios más depreciables y verán que tengo razón. Salve…

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