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EL PAN, UNA FAMILIA QUEBRADA
Noticia publicada a
las 02:11 am 17/09/14
Por: Julián Andrade.
El PAN está por cumplir 75 años de vida. Los festejos serán con una familia dividida y el desánimo que viene de haber perdido el poder.
Muchos quienes acompañaron al panismo en la década y dos años en que tuvieron en sus manos el poder federal ya no están.
La revisión del padrón de militantes pasó de un millón 800 mil, que tenían en 2012, a 372 mil con que cuentan ahora.
Una disminución considerable, aunque hay quien sostiene que es mejor saber con quiénes se cuenta, para desde ahí intentar recuperar lo perdido. Gobiernan en Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Puebla y Sonora.
Gustavo Madero refrendó el apoyo de la militancia en la elección interna de hace unos meses, pero tienen la presión constante del grupo del ex presidente Felipe Calderón.
Es más, ni en la propuesta de consulta ciudadana sobre el aumento al salario mínimo le dieron tregua a Madero, al considerarla populista y fuera de lógica.
El Pacto por México les dio margen de maniobra a los maderistas, pero los escándalos por supuestos actos de corrupción golpearon su credibilidad y funcionan como una acechanza permanente.
A decir de Luis Felipe Bravo Mena, uno de los panistas más notables, el partido está perdiendo su alma, renunciando a sus principios y abriéndole al paso a camarillas de negociantes, que ven en la política un negocio y no un servicio.
Quien fue presidente del PAN, cuando ganaron por primera vez la Presidencia de la República, considera que están en riesgo de convertirse en una franquicia sin substancia, muy lejos de la capacidad doctrinaria de sus fundadores y en particular de Manuel Gómez Morín.
El próximo año es de elecciones y será la prueba de fuego para Madero y los suyos. Tienen en su favor que en las elecciones intermedias le suele ir mal al partido de quien gobierna.
Los ciudadanos suelen ser bastante críticos en el primer tercio del mandato, porque se termina la luna de miel y las expectativas se vienen abajo.
Así es desde tiempos de Ernesto Zedillo y el PAN tiene la oportunidad de que la tendencia continúe, si es capaz de vender esperanza.
Pero también puede ser que el panismo profundice su crisis y que la narrativa exitosa del Pacto por México no se refleje en las urnas o no para ellos.
Pero algo es evidente, mientras no arreglen sus problemas internos no habrá proyecto, por elaborado que sea, que los saque del atolladero.