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La importancia de debatir
Noticia publicada a
las 03:31 am 23/04/14
Por: Max Cortázar.
La tradición de contrastar ideas ha existido desde el surgimiento de la política. El ejercicio de comparar proyectos es definición básica de cualquier sistema democrático. En México, esta práctica fue impulsada por primera vez por el Partido Acción Nacional, precursor máximo de la libertad de ideas y pensamiento, defensor de la democracia y el voto de cada ciudadano.
Desde su creación, Acción Nacional luchó no sólo por impulsar este derecho de políticos y ciudadanos, sino por la libertad de hacerlo sin castigos ni represiones. Fueron épocas en las que la tiranía y el autoritarismo eran la única opción para los mexicanos, épocas de candidatos únicos, épocas sin oposición, sin propuestas, sin democracia.
Ha sido el PAN el que, durante casi 75 años y desde que es opción de gobierno, se ha dedicado a contrastar ideas, a presentar proyectos con propuestas y respuestas para los mexicanos. Un partido que desde que ganó su primera gubernatura, se ha esforzado por ser distinguible y distinto a través del debate y el diálogo.
Hoy que nuestro partido atraviesa por su proceso de renovación, sería de esperar que quienes alguna vez fueron defensores de este ejercicio fueran los primeros en impulsar varios encuentros entre los aspirantes a la dirigencia nacional. Sin embargo, esto no es así, la Comisión Organizadora ha tomado la decisión de convocar a sólo un debate durante el proceso de elección interna.
Un solo encuentro entre los dos candidatos, una sola oportunidad para que los dos proyectos den a conocer sus propuestas y su visión de partido. Con ello, la comisión no sólo va contra las banderas democráticas que siempre hemos defendido, sino contra la militancia, aquella que tiene el derecho de escuchar más de una vez a quien pretende dirigir su casa política.
Un partido que se dice ciudadano no puede cerrarle la puerta al diálogo ni a la comparación de proyectos, un partido que se dice demócrata no puede permitir que el contraste quede sólo en el discurso y no en la práctica. El encuentro entre los candidatos no beneficia a algún proyecto en particular, al contrario, fortalece al partido y a su militancia, porque una militancia informada y consciente se traduce en una administración transparente.
La importancia de debatir no debe confundirse como la última alternativa de contraste. Al debate no se le rehúye, no se le teme, esa no es la esencia de la democracia, ese no es el objetivo del diálogo y los acuerdos. La importancia de debatir radica en contar con la oportunidad de dar a conocer a la ciudadanía posiciones y argumentos de las opciones con las que cuentan. La importancia de debatir radica en consolidar la libertad de expresión y elección de los mexicanos.
Debemos hacer a un lado esa visión egoísta y personalista en la que se ha convertido el debate dentro del PAN y recuperar el espíritu democrático bajo el que siempre fue practicado. La pasada administración del partido optó por no debatir ni dialogar francamente con su militancia, he ahí las consecuencias de su cerrazón.